domingo, 7 de febrero de 2010

ERA SONÁMBULA.


La adultez está a igual distancia de la infancia que de la senectud. Sin embargo, no parece sentirse aprovechada, sí usada. Tal vez porque infancia y juventud quedaron atrás se teme que la realidad se haga a igual velocidad que ese pasado ya, que condena a errores y sinsabores de pérdidas y proyectos fallidos... Y el futuro, ese futuro del viejo que Disraeli calificaba: "Juventud es locura, madurez trabajo y vejez queja" atormenta a quienes no alcanzan a adivinar que el ciclo al que se nos condenó vivir ya ha finalizado. Por culpa ajena o nuestra propia, hemos pasado a ser pasado compulsivo. Y el futuro no puede ser de otra manera que palatino. Sí, palatino, de paladar. Un paladar mental, obviamente. Aquél que se deleite con lo que otrora no pudiera nunca haber pensado pudiera hacerlo. No hay otra forma. La competitividad desaforada ha matado las esperanzas de quienes deseaban ser imbuidos por los engaños de gurús en trajes de Armani. ¿Por qué no se deja de dar culto a las marcas y se busca la calidad por la calidad sin tener que pagar el peaje del apellido?. Ahora, hoy, ha comenzado otra era, la de los que buscan jardines secretos en ciudades secretamente escondidas, la de los que descubren un paisaje por el que han pasado cientos de veces y que ahora les sorprende verlo. Estaba allí pero se rodeaba de una penumbra... ¿o eran ellos los que la llevaban pegada a sus cuerpos?. El paisaje era el mismo, ellos eran otros... Están comenzando a sentirse parte de un diálogo de asombros.

Es por ello que los sonámbulos vuelven la vista a esa ciudad de voces que resuenan y murallas que amplifican y modulan su canto. Mogador y sus moradores sonámbulos persisten milenariamente esperando al alumnado que desee aprender a dominar aquellos impulsos que hacen daño al humano, y en cambio, a dejar galopar sin rumbo fijo a los que le proporcionan la penetración en imaginativos sueños ajenos.

Frente al océano, juran aceptar el desafío que se le presenta e iniciar viajes interiores que les provoquen vida, no que se la arrebaten.

No hay comentarios:

Publicar un comentario