lunes, 7 de diciembre de 2020

FRUTA OASIS


 

Sus huellas se veían perfectamente con los ojos del deseo, huellas similares a las de un astro que a lo lejos hubiera muerto para que ella naciera y fuera grabando recuerdos en la piel de su cuerpo, permanentes. 

Cuando el viento se calmó salió al jardín y colocó sobre la mesa  varias fotografías. Le gustaba recrearse viendo aquellas imágenes que solamente sus ojos habían conocido. Ella se mostraba de espaldas, desnuda, bañada por el sol, en otras se la veía bailando con el gran azul al fondo o bebiendo un cóctel. Eran momentos robados con innecesario permiso, instantes irrepetibles en una vida que fue la que ya no era, ahora más horizontal pero igualmente binaria, en la que nadie más podía entrar a ver aquellos recovecos que les caracterizaba a los Sonámbulos, poseedores de ese apetito sensual desmesurado. Una de las imágenes que impregnaba el papel satinado le llamó la atención. Era la que protagonizaba ella con una granada abierta en su mano. La granada, le contó en aquella ocasión, es antigua como los sueños de las cabras jóvenes y de los poetas viejos. Tiene el color lleno de destellos de las sedas de Smarkanda. Mancha las ropas como los restos de una batalla sobre campo abierto y deja en los ojos de quien la come el brillo de fuego de los enamorados. Es la fruta de los Sonámbulos. En ella está la voz de tierra del deseo, al que alimentamos y dejamos que crezca hacia ese sol que le indica el camino hedonista. En cierto modo es una fruta oasis. Quien nunca ha ardido de deseo desconoce lo que es el fuego sonámbulo, aunque lo suponga, por mucho que pretenda engañarse de idiomas embriagadores de nostalgia, al igual que sin movimiento no hay emoción, sin pasión no hay movimiento. En esa ocasión, una vez más, recordó que hay aromas visuales que retan y poseen...

jueves, 26 de noviembre de 2020

NIEBLA


Es la niebla el fenómeno metereológico posiblemente más perfecto que existe para suscitar misterios deseantes, de tal forma que incluso hay intelectuales del nivel del Nobel de Literatura Joseph Brodsky, que llegó a afirmar que esa ciudad para él enigmática y única que es Venecia no sería pisada por él en otra época que no fuera invierno y por supuesto...con niebla. Y es que esta ciudad encerrada en el agua inspira esa soledad indispensable para ser envuelto/envuelta por el o la  amanteamado/a.
A Venecia hay que ir a perderse entre sus calles tras visitar la plaza de San Marcos y su basílica bizantina, el puente de Rialto y del Campo della Pescaria, y más tarde ser menos ortodoxo y buscar esa esencia que nunca perciben los turistas, ávidos de ver todo en ese poco tiempo del que disponen para intentar no confundir una ciudad con otra... Es interesante visitar la Fondazione Querini Stampalia, un palacio del siglo XVI que alberga una muy interesante colección de arte barroco veneciano y rococó y que esconde un jardín majestuoso donde el mármol cohabita con la naturaleza resignada del jardinero que lo cuida, y que está cerca de un maravilloso establecimiento llamado Barena, esa tienda intemporal donde la moda más rabiosa convive perfectamente con el conservadorismo y la elegancia de una clase social que se resiste en cambiar manteniendo legar como herencia sus costumbres de vestimenta a los que le sigan. 
Al Sonámbulo le agrada sin medida visitar el Campo Santa Margherita, una plaza interminable en donde los venecianos van a aprovisionarse de frutas y verduras y en donde los bares de "siempre" no son reformados sino hasta que sus grietas son "avisadas" por la alcaldía. Detenerse y girar en 360º es inevitable hacerlo con quien está en esos instantes siendo uno con su cuerpo, abandonándose a la esencia de una vida que le regala el momento que está viviendo, e inevitablemente ser arropado por esa niebla de la que el Sonámbulo es devoto y que impide a otros ser voyeurs de su arrojo sentimental. Y luego, cerca también es donde degustarán un spritz y un cichetti, (una variante de nuestras tapas), en la Cantine del Vino gia Schiavi o en la Taverna Al Remer, y que ambas nunca serán una exéresis para el visitante episódico. Y recordarán por siempre también aquella pizza deleitada en un ambiente costumbrista de Al Profeta, en la calle Lunga Barnaba, distinta en todo a las que hoy puede comer en uno de tantos restaurantes "italianos" existentes por el mundo, que le modificó ese umami que creían poseer. 
Y resuenan en sus oídos aún el eco de sus pasos por los interminables pasillos de la Fondaco de Tedeschi, un palacio renacentista que remite al pasado comerciante  de la ciudad , a orillas del Gran Canal, o la gran Collezione Peggy Guggenheim en el Palacio Venier del Leoni, que acoge a los mejores artistas plásticos europeos y americanos de mitad del siglo XX: Picasso, Brake, Duchamp, Kandinsky, Dalí, Rothko o Pollock son algunos de los nombres que acogen la bienvenida de esos visitantes anónimos que valoran más unas horas entre ellos que el mismo tiempo en un bar cercano, famoso por haber inventado un cóctel. 
A Venecia siempre se la echa de menos, esa sensación  melancólica de verla prontamente oscurecerse pero no del todo, brumosa ahora, seguro,  y escuchar las voces que dejamos de oir, y saber que continuamos vivos y que en nosotros -a través de nosotros- continúa vivo cuanto estuvo vivo. Echar de menos, siempre, es una forma de entregarse. Por eso y por otros muchos más motivos, Venecia será siempre un lugar al que ir ...en invierno ...y con niebla. 

lunes, 23 de noviembre de 2020

VOLVER


En cada una quería quedarse para siempre, pensar que cuando su tiempo fuera hipotecado  buscaría un huequecito allí para residir frente a ese espacio que le recordara un privilegio ambulante, o al menos regresar para perderse entre sus calles, ser un flaneur , como dicen los parisinos. Rimbaud decía cuando el deseo de un regreso afloraba en su interior que tan solo era un peatón, nada más. Y éso era lo que él pretendía, alguien que constantemente se asombrara de bellezas eternas pero marmóreas, silenciosas para otros y parlantes para él. A París fue a donde, precisamente quiso retornar, al barrio de Passey en donde orden, pragmatismo y serenidad se abrazaban, comer en Prunier, templo decó con su decoración intacta desde 1924, pedir cita para visitar la Maison de Verre, o dejarse aromatizar en la Place Furstenberg donde en primavera, sus cuatro árboles de pawlonia pintan aún el aire de violeta con una delicadeza similar a la que invadía al músico impresionista  Claude Debussy cuando al piano pintaba cuadros de París. Y gozar del barrio de Le Marais en donde se concitan diseño, moda y buen gusto entre sus calles, y que ocultan en el poco conocido para turistas despistados Petit Marais, galerías y anticuarios que son el disfrute de mentes que tan solo desean chiner hasta hallar aquello que no sabían que precisaban para seguir siendo hedonistas convencidos. Y siempre caminando despacio, para que el día se haga más largo, menos vulgar y ocioso, como nunca lo fue cuando sus dedos entrelazaban los de ella, oprimiendo suavemente al descubrir un refugio vanguardista como los existentes en Montparnasse, centro gravitatorio de la bohemia. 
El deseo también es el retorno, alguien diría alguna vez, imagino, desconociendo que con ello quisiera expresar que nuestra mente torna, siempre, constantemente, sin saberlo, a aquellos lugares en donde obtuvo momentos felices, eternos...imborrables.

sábado, 21 de noviembre de 2020

EXTRAVÍOS


Sus miradas se cruzaron con  la curiosidad de haber sido diseñadas tiempos atrás. Ella se alojó en la despreocupación complacida de un silencio desentendido y prosiguió su caminar. Su memoria era en absoluto frágil, y aquella armonía no conjugaba con la humedad obscena e inadecuada que sentía en su secreto físico mejor guardado. Sentía la desnudez propia de quien se siente observada, sin exclusión, y aún así no demoró un instante en detenerse, volver su cabeza y ver su rostro observándole fijamente, traduciendo aquel mensaje que alguien le comentó en el pasado que sería como una oleada de sangre transportada en el viento, y que a partir de entonces todo alimento tendría diferente sabor, sus días más esperanzados, y  sus sueños siempre serían reinterpretados con diferente significado. Ahora solo faltaba que ese alguien le dijera que le invitara a tocar el tiempo con sus manos.

lunes, 5 de octubre de 2020

SABORES DESEANTES


Dice ARS en Nueve veces el asombro, que en Mogador se tiene la certeza de que los peces deseantes tienen mejor sabor que los peces acorralados. Mi impresión es que lo mismo sucede en los humanos, que su transpiración y por ende olor de su piel es distinto en aquellos que lideran su deseo que los que son seres pasivos movidos por un viento que no conocen y al que en absoluto interesa. 
Los sentidos cuentan con una gran importancia en el deseo. Son de naturaleza espiral, nunca líderes de ofensivas ni defensivas opciones sino de intensidades, que nunca son traducidas a cantidades. El sabor nunca se ha defendido con la importancia que realmente posee. Ese mordisco suave, paladeante, que efectúa el amante siempre es interpretado como lucha de agravios amorosos con principio y final, nunca sangrantes, siempre dulces más que agrios, nunca dolorosos siempre con esa simiente de dejar hambriento al amanteamado/a hasta la próxima comida...

lunes, 28 de septiembre de 2020

SENTIMIENTOS AL AIRE


En un mundo de palabras inútiles, sentidos inertes en stand by, pinceles batidos en un lienzo vacío, el Sonámbulo recuerda los ecos perdidos de sonidos guturales teñidos de momentaneidad resplandecidos en sombras chinescas de velas solitarias. Aquellos silencios interrumpidos en los que hasta las horas llegaban con retraso marcaban noches aturdidas hasta ser vencidas por espejismos de realidad despejada por las primeras luces del amanecer. Nadie sabe qué es el paso del tiempo hasta que éste llega sin avisar a cobrar la hipoteca de felicidades circunstanciales. Y se entiende entonces que los sueños que dieron espesor a los sueños fueron reales mientras duraron, no escarceos ni humo suspirante. Escuchar gemir a los jacintos dijo el poeta es el deseo inherente del nacido. Bendito sea quien lo haya escuchado y querido ser influído como él por el de Fuente Vaqueros para confesar su interior y deseardeseardeseardeseardesear...... 

martes, 15 de septiembre de 2020

DESEOS DESEABLES


Existen siempre momentos, importantes unos, inútiles otros, pero siempre propios. Es lo que le pasaba a aquel caminante que un día me dijo que cuando vivía en Chicago iba con frecuencia al Art Institute para admirar los cuadros de Edward Hopper, especialmente el Nightawaks. Más tarde hizo lo mismo en Nueva York, en el Whitney donde también recogen abundante obra del pintor de la soledad y del aislamiento. En algunos idiomas hay dos palabras que se traducen al castellano como soledad. En inglés, por ejemplo, hay la pareja solitude-loneliness, significando la segunda una soledad triste, no buscada. La misma pareja lingüstica descubrí que en checo: samota-osamelost. Mi impresión, y la de muchos otros, es que Hopper pinta ambas. Lo mismo pinta en Hotel Room o en Automat, donde aúna melancolía con ligero desasosiego, un estado de ánimo al que se llega por falta de esperanza, o al menos con indefinición de cuánto va a tener que esperar para que todo vuelva a la normalidad. Es éso lo que aquel conocido me intentaba transmitir con los días que en estos períodos estamos viviendo en todo el mundo. Vivimos momentos, inolvidables la mayoría pero con la sana intención de que formen pronto parte del pasado, ése en el que el deseo volverá a formar parte de nosotros, aligerando la vida de momentos, de nuevo, olvidables.

jueves, 30 de julio de 2020

OSCURIDADES


Le oyó decir a aquella hechicera del gozo que abrazaba la ausencia de su amadoamante en el doble filo de sus lágrimas, observando la oscuridad de la noche, tentando con sus manos el calor de su cuerpo entre las sábanas. La oscuridad, pensó, carece de cuello para besar y descansar el día, priva del vuelo de unas piernas entrelazadas que se desperezan en la madrugada, de brazos que acaricien esa soledad a la que se desprecia cuando se posee voluntariamente, incluso carece de sílabas guturales que sumerjan sus sutilezas bajo el sabor de la traspiradora lluvia sensual de pieles hipertérmicas que conduzcan ácidos sabores generados por glándulas vivas y deseosas de seguir siéndolo sin límites. 
La oscuridad impide alargar el beso desaforado y pausar la caricia hasta el vórtice de la tormenta... y fundamentalmente disuade ver esa imagen de ánimo habitado a fuerza de desvelo hiriente que jalea neuronas con memoria perpetua que devuelven instantes eternos. Penumbras agobian al Sonámbulo de la avidez desaforada de observar gestos y conocer más profundamente a su amadaamante sin saber que cualquier pasión siempre se acompaña de sombras, esa información que ya siempre le acompañará cuando escriba el libro de su vida.

miércoles, 22 de julio de 2020

SIEMPRE FEDERICO


Leo como un alumno deseoso de aprender a Federico. Le escucho contar que aquella noche corrió el mejor de los caminos, montado en potra de nácar, sin bridas y sin estribos. Y sucia de besos y arena se la llevó al río. Con el aire se batían las espadas de los lirios... Y acunándose en su ilusoria conversación imaginada deja el Sonámbulo su soledad entre los libros, sus obras sangrantes de aquellos 30s que nadie comprendía y hoy son tan predecibles...Abre la puerta el Sonámbulo a los oráculos y quema su alma con el fuego del salmista, como aquel que vio y escuchó a orillas del Ganges en una noche anaranjada inundada de aromas indescifrables, sonidos indefinibles. Todas las noches intenta apiñar inútilmente los residuos del día, distanciar inhumaciones de nacimientos y ofrendar conjuros de apremiantes clandestinos deseos por ser creados. 
Siente recuerdos gimientes emanados de desnudos cuerpos frágiles como la libre tierra, letras hechas de lágrimas inclasificables provenientes de roces de cuerpos que desvelaran vivir antologías poéticas y ser reos de sentimientos despertados de simulacros duermevelas. La seducción que la memoria adeuda a aquellos instantes no son amnesias involuntarias, son erosiones de una historia refugiada en un cuerpo cada vez más desgastado pero deseoso de miradas deseantes.

domingo, 28 de junio de 2020

MEMORIAS REDESCUBIERTAS


El gran azul le devuelve la sensación de estar escribiendo sobre su piel, deletreando su nombre, deseándola infinitamente como la vez primera que la vio, intentando inútilmente hoy apartarla de su mente. Cierra los ojos y pierde la calma, se concentra en el recuerdo de cuando leyó que existía una casta de hombres y mujeres con imaginaciones entretejidas, creando una nueva dimensión, la realidad de sus deseos, que son los que movilizan sus acciones, sus cuerpos. Fue ARS, al que luego conoció, quien con Los nombres del aire, el que le condujo a su camino imaginario, hundiéndole en la necesidad de consumir vocaciones de océanos bravíos, tsunamis incontrolables, sensaciones de lugares desconocidos y amados junto a quien iba a ser su camino insospechadamente sorteado de noches insomnes de tactos y otros sentidos hasta el momento desconocidos.
Sospecha el Sonámbulo en la quietud tras el sueño que repara, el reencuentro con aquellos ojos incomprensibles, dulces y amargos a la vez, navegantes por aquella línea del horizonte que recorrieron como profetas de una religión aún no creada, huellas dormidas a la espera de una fuente repelida que realimente el río del deseo tejido entre las manos de un explorador perdido entre miles de desiertos. 
Y es que hoy son los ojos los que hablan, no los labios, no los gestos... es la mirada perpetuante de esa realidad profetizada de un futuro posiblemente inexistente salvo para quienes han tenido un pasado interrumpido...

viernes, 5 de junio de 2020

FRONTERAS



Leí no sé donde que el cuerpo guarda sin saberlo la huella de los deseos cumplidos, y también quizá los que no se cumplieron y de los que ya jamás podrán cumplirse. Y es que siempre existe lo irremediable, que por muchos recuerdos que brillan sobre la mesa, los del cuerpo son más indelebles para el humano, aunque ignore que los del espíritu siempre regresan a esta frágil memoria con la que nos vamos moviendo a diario, óxido, sangre coagulada, cementerio de musgos suturando las llagas de piedras sombrías... 
¡Cómo ignorar aquella mirada, aquel susurro, aquel roce labial que cambió pensamientos y futuros...!. Nadie es más fuerte que el amado, nadie un combate decide tan impávido. Se deja llevar, conducir por caminos ignotos, siente que se cavan abismos o alcanzan cúspides sin rendirse frente a su bisoñez que creía ya superada. 

Nunca reconocí bien el por qué me gustaban las habitaciones de los hoteles. Posiblemente porque en esos obtusos escenarios siempre existe un remanente de enmascaramientos que son escuchados por el vecino, o porque las sombras con las que pernocta el viajero le defenderá de esos intrusos que transfieren inquina al hospedado. Más que nunca la vida se vuelve allí provisional y por lo cual intensa, ávida, apócrifamente feliz (¿o debiera decir feliciosa...?).  Próxima a aquel hotel de Nápoles existe una capilla, la de Paolo di Sangro, príncipe de Sansevero, donde una mujer yacente de alabastro dialoga en secreto con quienes la visitan de tal forma que atrapa misteriosamente... Observarla y sentir, no obstante,  esa privación que debe poseer ante la mirada de los visitantes me congratula con nuestra condición de no ser estatua, de sentir el roce de los cuerpos y de poder dar un paso a esa alcoba a tientas intransitada y compartir ansiedades, escuchar la habitación de al lado...o que escuchen la mía...

viernes, 29 de mayo de 2020

DEJAD QUE MI ALMA SUSPIRE UNA VEZ...MÁS


Leí que en los tiempos idos, los hijos del sol y las hijas de la luna vivían juntos en el reino  de Dahomey. Y juntos vivieron, abrazándose, peleándose, hasta que los dioses los apartaron y condenaron a la lejanía. Desde entonces, los hijos del sol son peces en el mar y las hijas de la luna son estrellas en la noche. Las estrellas de mar no caen: desde el cielo viajan. Y en las aguas buscan a sus amantesamados perdidos, pidiendo que les desduden de quien le impide soñar por las noches, vivir en el día, sentir los viajes ya imposibles varados por el paso del tiempo inalcanzablemente  huído en las arenas de una Legzira cualquiera, mirando el gran azul junto al puente de piedra esculpido por el viento y por esos deseos que ya son pasado. 
Decía Federico que la luna siempre gira en el cielo sobre las tierras sin agua mientras el verano siembra rumores de tigre y llama; como hoy y como ayer, como en cualquier estación, se sienten que bajo nosotros, limo de voces perdidas, torres de canela y voces que susurran que existen alas para volar y no las  necesita: vuela sin ellas, acierta los laberintos sin ellas, abraza sin ellas, como un Galeano cualquiera.

viernes, 15 de mayo de 2020

DIVAGANDO DE NUEVO



Lentamente, muy lentamente, permitió que su voz penetrara en él, que su mirada le acariciara, que el aliento de ambos se fundiera en uno solo, respirando juntos sin aún rozarse sus pieles hasta que fuera difícil de ser soportado. Sabía que el rigor, ese placer discreto del que saben los Sonámbulos lleva a la delicia de contenerse, que es la voluptuosidad más prolongada y sabrosa. Le siguió la conciencia del cuerpo, ese espíritu que se transmite con un simple amerizaje de sensaciones dérmicas, como ese baile en el que la música está interiorizada, sin melodías propuestas, solo escuchándose las vibraciones de sus órganos, de sus sentidos, de sus deseos...El tiempo fue interminablemente extenso hasta convertirse un cuerpo en el del otro, descubriéndose en movimientos  que nunca imaginó porque ya era otra persona, había dejado de ser él...había dejado de ser ella, bailando como si cayera infinitamente sin saber ni importarles donde caerían...Sabía que su biografía había cambiado de rumbo, que la wikipedia de su vida debía reescribirse porque hasta en los signos ortográficos habitan sigilosamente las pasiones.
Hay momentos interminables que se enredan entre nuestras piernas, en nuestras miradas, en nuestros sueños, desconociendo donde están los cuatro puntos cardinales. Dicen los ignorantes: "Perdió el norte...". Y probablemente estén en lo cierto,  aunque sea por poco tiempo, pero de forma perfecta, magistral, impecable. Es como las ciudades, que son otras según con quién se vaya. 

viernes, 1 de mayo de 2020

ACEPTAR y ACERTAR



La música es ese fiel acompañante que necesita cualquier Sonámbulo... hasta aquella que proporciona el silencio, es ese aliado de momentos en los que ha de verse sin ser necesarias corcheas y semicorcheas sonámbulas. 
La música y sus sonidos estereotipados me recuerdan el mapa invisible y cambiante que guía las manos del Sonámbulo por el cuerpo de su amadaamante intentando descubrir su verdadero interior, aquél que brota a su superficie, como si de un sueño se tratara y apareciera súbitamente... sin ser esperado conscientemente. Y es cuando su voz que gime o grita o respira hondo la que le dice dónde están las ánimas que despiertan en ella bajo sus dedos, le orienta y desorienta, y en su jardín se pierde deseando se detenga el tiempo en sus labios posesivos...instalándose en el esplendor de ver sin ser visto, oir sin ser oído. Es ese sonido, el que activa el deseo, el que se introduce en el miembro de la casta como una voz latiendo más fuerte que la sangre saliendo de su propio corazón, el que arquea el cuerpo y lo lanza sin concreción, sin destino, hasta el cielo más níveo donde el silencio está lleno de ecos penetrando en lo más oscuro de su cuerpo.

domingo, 26 de abril de 2020

NO SIEMPRE LA VERDAD TIENE REPORTEROS A MANO


¿A qué teme el insomne si en realidad la noche es su parte interna...la que imagina cuando se mueve, cuando descubre sus pensamientos más profundos...?

Recuerda a aquella ciudad que conoció por casualidad, laberínticamente entendiendo ese lento anochecer que tienen las ciudades que baña el Atlántico y que la penumbrosa luz cambiando de color la hace brillante e impone ese lamento de dejarse querer como si fuera una Diana Krall cantando You call it madness. En ese cruce de calles estaba una de las 369 fuentes de la ciudad a donde acudían mujeres y hombres en busca de baraka, esa oleada de buena suerte, un momento indicado por la alineación de los astros que le crean buen fortunio a quien se arriesga a rogar una petición ardua de conseguir.
La ciudad, la de los mil secretos, me instruyó sobre el gesto enigmático de la luna y la baraka.Conocí también a gente que me enseñó que en la lengua árabe hay hasta 99 palabras distintas de designar cada una de las formas sutiles de decir amor, así como existen múltiples maneras diversas para nombrar la luna  en sus fases.  ¿Será por eso que el Sonámbulo busca en la sombra de la noche sus pensamientos más armoniosos... o que cuando oye palpitar su corazón se asusta de cómo respiran sus latidos que son como las olas batientes de aquel océano que sigue enseñándole y al que desea regresar con ansia...?. 

sábado, 25 de abril de 2020

NOTAS A PIE DE PÁGINA


Existen comentarios accidentados, palabras que nunca debieran haberse deslizado o escupido de unos labios cuya modulación del aire interior no pasó antes por el cerebro; como también hay pensamientos que no han sucumbido a ser traducidos a frases, al encanto de saber decirse en ese ambiente propicio para encontrar la voz que le caracterice, esa puerta abierta a descubrimientos que no cesan y sucumbir al asombro de escuchar la música de la respiración de la amanteamada. 
Si se cayera en el lirismo más barroco debería decirse que su río de agua y sus múltiples ríos de fuego alimentan sus corrientes evidentes y secretamente ambiguas, esas que le proyectan sucumbir entre su anatomía, siempre templada, siempre aceitosamente húmeda, seductora a nuevos descubrimientos, generosa en su aroma y presta a ser poseída antes de que amanezca la luz y devore todas las imágenes gozadas que en esos momentos la habitan.
En ocasiones me pregunté si había invocado al Gran Cronopio y apareciese sobre nuestros pasos con extraña fidelidad a los requerimientos caprichosos. De lo que sí estoy seguro es que no era una complicidad ausente la que nos llevaba a buscar orillas de siameses pensamientos jazzísticos, con un Charlie Parker macerando aquellas ausencias pasadas, convocando migrantes deseos para seguir viviendo en nuestro sueño, en nuestros cruces sonámbulos, como testigo sonriente de aquella relación extravagantemente hermosa.

martes, 21 de abril de 2020

UBUD




Bali posee una dimensión espiritual algo distinta a otros países de Oriente. La vida cotidiana mima la naturaleza por medio de ofrendas en forma de flores y oraciones respetuosas a quien le proporciona la bendición de un solo día más en ese paraíso terrenal. Desde que nace el sol no deja de hallarse en calles, hogares o arrozales un pequeño altar preludio de un templo al que dirigirse. 
Sin embargo, a lo que se hace poca alusión es a los bosques de bambús centenarios que rodean las ciudades. Es el ejemplo de Ubud, típico por sus arrozales infinitos y sus silencios tan conmovedores sobre todo al caer el sol... El bambú que conocemos los occidentales no es el que se mece en esas tierras, dando cobijo a quienes desean perderse buscando sensaciones envolventes, intensas y sutiles para la entrada en bosques vivientes de latidos profundos. Altos y espigados se mecen al albur de la brisa que sopla de un Índico que en ocasiones se tsumamiza llevándose con él a seres queridos. Sin embargo, dejando de lado esas sittuaciones muy esporádicas, la isla es un reto para la sensualidad.
El deseo se funde bien en esas latitudes en donde el teatro de sombras desafía a la ley de la gravedad aun cuando es de noche profunda, deseando ascender y tocar nubes ensalivadas de oxitocina y dopamina.  
Oriente atrae por ese misterio de sus costumbres siempre relacionadas con la vida y los sentimientos, en donde se explica de forma que cualquiera pueda entenderlo a su criterio, pero siempre con estremecimientos que puedan facultar claroscuros, ilusiones y...deseos. 
Allí recordé a aquel Robert Graves que anotó en uno de su  cuadernos: " No dormí en toda la noche, por puro placer, sin cintar ovejas ni escuchar campanas, dando la bienvenida a la confabulación del amanecer". Descubrir el por qué perdemos tiempo en dormir estando en estas en tierras deseantes es un milagro de la naturaleza. Dormir es morir dijo un sabio, y en cierta forma es afirmativo cuando se pisan estas latitudes de actitudes táctiles, miradas iluminadas, mágicos movimientos prefaciantes de ese realismo mágico y no del invento torpe  de un epígono surrealista.

jueves, 16 de abril de 2020

CATHERINE M.


Uno de los libros más revolucionarios en materia sexual que se ha escrito nunca es La vida sexual de Catherine  M. en donde su autora muestra su propia experiencia vital en el mundo de lo sexual, ¿o debería decir "genital"?, sus sensaciones y prácticas, así como las características que se manifiestan en una mujer cuando la atracción y el contacto se muestran partícipes con amadosamantes o no, esa "petite mort" con la que las francesas califican el orgasmo femenino. 
Son escasos los textos al respecto. Posiblemente fuera D.H. Lawrence , autor de El amante de Lady Chatterley haya sido quien  describiera el placer femenino de manera más extraordinaria, aún siendo hombre. Anaïs Nin comentó en una ocasión que lo describía tan bien como si él fuera mujer. Y es que Lawrence pasó muchas horas con mujeres, noches enteras  de conversación al calor de la chimenea. Las observaba, las hacía hablar, las escuchaba tras hacer el amor con ellas...y así logró ser doctor en el sentir femenino de su actividad sexual y amatoria ocasional. 
De Catherine M. muchos autores de inmensa valía literaria, como Vargas Llosa, han calificado sus experiencias narrativas como orgasmos escasamente placenteros y más relacionados como mecánicos, resignados y hasta tristes... Posiblemente sea cierta esta apreciación dada la inmensa cantidad de amantes que pasan por ella en el libro autobiográfico y que dejan de lado esa química tan precisa cuando algo que se desea es obligatorio que extienda en el tiempo. Me cuesta a mí también creer que pudiera llegar a descubrir novedades en quien estuviera con ella más tiempo del preciso para conseguir esa "petite mort" de la que se habló al principio. Sin embargo, la revolución de su libro fue que introdujo a la mujer en el mundo de la satisfacción sexual, algo que no gustaba ni llegar a pensar que se necesitara en líneas generales por cualquier humano que no fuera el hombre, aunque, insisto, dejara de lado ese erotismo tan necesario que es la banda sonora que siempre debe acompañar una extraordinaria obra de arte.

lunes, 13 de abril de 2020

EAELTDC



Y recordó aquella novela que tanto interés le causó cuando la leyó de joven, una historia de amor entre un hombre y una mujer en el escenario de un pueblecito portuorio del Caribe a lo largo de más de sesenta años y que aunque podría parecer un melodrama de amantes contrariados que al final vencen por la gracia del tiempo y la fuerza de sus propios sentimientos,  suceden de forma tan bella dichos por el narrador, que se bate entre el mito y la leyenda. 
Él refiere en uno de sus capítulos cómo le fue enseñando los secretos de la prosa amatoria enclavada en la poética del uso, de cómo ella debería saber emplear su cuerpo para su goce y el de su marido, sin que fuera pecaminoso ni sucio sino unificador y conversacional ("...ella sintió el soplo ardiente de un animal en carne viva, sin forma corporal, pero ansioso y enarbolado. Al contrario de lo que él imaginó, incluso al contrario de lo que ella misma hubiera imaginado, no retiró la mano, ni la dejó inerte donde él la puso, sino que se encomendó en cuerpo y alma a la Santísima Virgen, apretó los dientes por miedo de reírse de su propia locura y empezó a identificar con el tacto al enemigo encabritado, conociendo su tamaño, la fuerza de nsu vástago, la extensión de sus alas, asustada de su determinación pero compadecida de su soledad haciéndolo suyo con una curiosidad minuciosa que alguien menos experto que su esposo hubiera confundido por caricias. Él apeló a sus últimas fuerzas para resistir el vértigo del escrutinio mortal, hasta que ella lo soltó con una gracia infantil, como si lo hubiera tirado a la basura"). 
En estos tiempos de anarquía es cuando más salen a flote escenas sentidas y recordadas sin tenerlas predestinadas a ello, del mismo modo que no todo lo que sucede temprano ocurre pronto.

domingo, 29 de marzo de 2020

EL DESTINO DEL CAMINANTE



Al Sonámbulo no le agradan los tópicos. Sabe de la existencia de la unicidad diversa, una paradoja más del caminante... Y de que no somos nunca todos iguales ni aunque se insista en querer serlo. Y allí está, además, lo mejor, en la diversidad, incluso en el mismo día... Las situaciones diferentes que nos proporciona una misma jornada nos hace solamente suponer cuál puede ser nuestro comportamiento. 
Reconoce el Sonámbulo que solo con el cuerpo es difícil de abrazar, que se precisa ese instante incontenido de química orgánica que le proporciona sinapsis de sensaciones cada una más intensa para dejar de lado la moderación y enlazarse activamente al/a la amado/a/amante y dejarse llevar por el deseo. Y es que sin movimiento no hay emoción. Sin pasión no hay movimiento deseante...
Recuerdo que leyó a ARS en su libro En los labios del agua, cómo Leila le dice al protagonista: " Los Sonámbulos somos cuerpos poseídos por los deseos hambrientos de miles de otras personas que murieron antes de realizar sus sueños, enredaderas de sueño, muchas veces con espinas. Nudos de sueños. Por eso estamos aquí, cumpliendo deseos de personas que no conocimos pero que ahora son deseos nuestros".
A la experiencia siempre le dice más el pasado que el futuro. Cada momento vivido es una teja más de una casa que con el paso del tiempo se acabará construyendo y que, sabiendo que llegará a desmoronarse se habita con alegría, porque sus moradores conocen el destino y viven instante a instante su realidad. De ahí que el deseo sea primordial para seguir caminando...

viernes, 20 de marzo de 2020

CRISTINA


Releo ese librito de poesías de Cristina Peri Rossi, "Estrategias del deseo", y me sigue gustando de principio a fin...Es un canto tan desesperante al amor y al desamor, a historias desenfrenadas de voluptuosidad sin autocensura que parece escrito para ser devorado por cualquier Sonámbulo que se precie.
Fue publicado por Lumen en 2004...ya. Estoy en la etapa en la que todo se ha hecho hace ya muchos años... aunque lea al  abrir la solapa una cita de Caballero Bonald que dice: "Somos el tiempo que nos queda". ¿Lo escribiría pensando que yo iba a pensar en lo que antes he escrito...o será que lo escribió cuando tenía mi edad...?. Se lo preguntaré. Junto a esta cita está otra del mejicano Homero Aridjis: "Hoy, entre los cuerpos cautivos del espejo, vi tu rostro fugitivo". Precioso. 

No sé qué poema me gusta más, si Once de septiembre o Perfume, si Invocación ( "Que tu cuerpo sea siempre un amado espacio de revelaciones.......") o Exaltación libidinal... si Fetiche o Amores a distancia... No sé. Todos. 

En todos encuentro una biografía, un recuerdo o un sueño, incluso a sabiendas que sus características sexuales y las mías son opuestas. Sin embargo, cuando alguien de mi casta se adentra en estos dominios sin jefes, sin dueños, sin esquinas, todo hedonismo y placer, se comprende cada línea, cada punto suspensivo y sabe que el cuerpo se concentra en las manos y habla con los dedos. Nunca hemos sentido que una insinuación conviva con malentendidos sino que, como el agua, reconozca las formas por mucho que sea incomprensible e inajustado.

jueves, 19 de marzo de 2020

FUE EL GT A DISTANCIA QUE ME SALIÓ REFLEXIVO


Un Dybbuk (que significa “aferrarse” en hebreo) es un ser místico nacido en el folclore judío. Originario de Israel, las primeras historias conocidas sobre ellos tiene fecha en el siglo XVI. Se dice que es un demonio ancestral o el alma de un pecador que deambula entre los dos mundos para escapar del castigo que le espera por sus acciones pero también puede tratarse de la esencia de una persona muerta a la cual le han quedado cosas pendientes que hacer en vida. Un Dybbuk, dicen, es sólo energía, no posee una forma corpórea y carece de género sexual, pero posee  los cuerpos humanos, en su mayoría mujeres, para vivir en ellos, ya que él es un espíritu errante que no tiene cabida en el cielo, no puede o no sabe cómo llegar a él. Se dice que siempre regresa a la tierra para concluir su obra, la que sea. No estoy muy de acuerdo...Sexualmente puede ser tanto en la mujer como en el hombre acechantes ambos ante esa llamada de lo salvajemente perfecto ... y en ello reside la hermosura del momento.Posiblemente, sí exista un Dybbuk del deseo.
Otros lo han comparado como un fantasma que viaja de cuerpo en cuerpo completando y dejando inconclusas historias de amor y desamor, juntando y separando espíritus inconformistas una y otra vez... Es como una espiral desajustada que se cierne sobre amados y amantes en diferentes frecuencias de confluencia llegando a un caos engañoso. 
En cierta manera el deseo es ese concierto que elimina el desconcierto, que libera el caos y lo ciñe a un camino por el que el humano se deja hacer, esperando una meta que si no es deseada es solo una llegada...

miércoles, 18 de marzo de 2020

MUERA EL BICHO, VIVA LA VIDA


Hoy, el Sonámbulo deja su taza de té Darjeeling bengalí con jenjibre y una cucharadita de miel sobre su mesa de despacho y articula una sonrisa esquiva... Está solo, ve la calle desierta, desde donde no se aprecia el gran azul mientras escucha de fondo a una mortezina Diana Krall  avivar su voz para contagiar a los aspergios de su piano. Es momento de discriminar al tedio, al miedo y a la zozobra por agentes externos que marginen la ilusión y la esperanza, esa enfermedad mortal de la que nunca se acaba de morir... Hoy, el Sonámbulo quiere animar a la vida, para que se aferre a los amadosamantes hasta que duela: la vida no es más que una oportunidad, no debe desaprovecharse, rozar su frontera pero evitar traspasarla, ese suave lugar donde termina todo. Sus momentos son tan dichosos...
No recuerdo donde leí que la vida es un vaivén de recuerdo y esperanza y que nos coloca y descoloca como piezas de una partida de ajedrez, de la que no sabemos quién la juega ni quién la gana, tan sólo quién la pierde. 
El humano se encuentra solo entre muchos porque se ha perdido, porque no encuentra a quien está buscando...ése es el motivo del por qué no se reconoce qué vale realmente en el camino, ése al que hay que pararse de vez en cuando, a su vera, y contemplar cómo las nubes pasan generando figuras algodonosas que solo ven de igual manera los que la ven con los mismos ojos. Identificar la soledad con infelicidad o desamor no es razonable...No supone su soledad que él converse solo sino que converse a solas, que no es lo mismo. De la misma forma no todos los sentimientos están en los poemas sino en los silencios que ellos conllevan, como lo imborrable no deja huella , solo calor y color. 
El Sonámbulo manda su mente a lugares que ha conocido, olido, transgredido tal vez incluso, pero que le han viciado de lo que algunos denominan felicidad y que él apellida como imborrablemente hedonistas, porque satisfacerse con el placer es lo más positivo que puede hacerse hoy en todo el mundo para quedarse...o despedirse.

domingo, 15 de marzo de 2020

LA IMAGINACIÓN COTIZA EN LA BOLSA DE LOS SENTIDOS


Es impresionante el lenguaje de la imaginación, aquel que habla el idioma de lo escondido, de lo que el paladar de la amargura transmuta hasta hacerse mariposas. Cuenta ARS que Henri Michaux, el poeta de lo mínimo, visitó Mogador y compró una manzana, y esa noche en su hotel escribió lo siguiente que incluyó más tarde en su libro: Pongo una manzana sobre la mesa. Luego me meto en la manzana. ¡Qué maravillosa tranquilidad!.
Más tarde otro estudioso, Gaston Bachelard, filósofo, epistemólogo, poeta, físico, profesor y crítico literario francés, autor interesado por la historia de la ciencia moderna o contemporánea, y al mismo tiempo por la imaginación literaria, a la que dedicó una atención paralela lo analiza en un capítulo entero de su libro sobre la imaginación poética vinculada a la tierra y los deseos de intimidad. Lo compara con la sensación de Gustave Flaubert,  uno de los mejores novelistas occidentales, conocido principalmente por su excelente novela Madame Bovary, y por su escrupulosa devoción a su arte y su estilo, cuyo mejor ejemplo fue su interminable búsqueda de le mot juste.
Bachelard, como nos recuerda ARS,  en el jardín del que habla Michaux en su estancia en Mogador, es más completo por ser más diminuto, porque cualquier espacio u objeto pequeño siempre es más grande y emocionante que uno inmenso. De allí la manzana y lo que para él representaba... Posiblemente sea comparable a que existen zonas del cuerpo de la amadaamante o del amadoamante que debido a su sensibilidad no dependen del tamaño sino de su manejo, de cómo se le trata, de la dulzura y el respeto con el que se le entrega la dedicación en su aplicación. Y no quiera decirse con ello que el exceso sea siempre lo idóneo sino que en ocasiones se transforme en insuficiencia si todos los sentidos no se encuentran en óptimo estado. 
Lo mínimo, lo escueto, es siempre relacionado con la intensidad, y nunca la brevedad se agota en la duración si bien al contrario, por ello el Sonámbulo aísla su dedicación y aconseja vivir cada instante como fuera el último acotando su entusiasmo, haciéndolo vivo en cada pulsación, como Michaux, como quien les escribe...hoy y siempre.

miércoles, 4 de marzo de 2020

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Hay hechos que, aunque verdaderos, solo existen al ser narrados. Y posiblemente sucede más frecuentemente cuando la temática es referida al sexo, a ese realismo mágico del que se bebe para seguir sintiendo que el otro/la otra nos impregna con su presencia, con su silencioso deseo... Y así es bueno recordar enciclopedias que enseñan... El Ananga ranga (‘los matices del dios del amor’) o el Kamaladhiplava (el bote en el mar del amor) es un manual sexual indio escrito en el siglo XVI por Kalaiana Mal la. El poeta escribió esta obra en honor al rey Lad Khan, hijo de Ahmed Khan Lodi, pertenecientes a la dinastía Lodi, que gobernó el norte de la India (llamado en esa época el imperio afgano) desde la ciudad de Delhi entre 1451 y 1526, y de quien Kaliana era contemporáneo. En tal obra, el autor divide a las mujeres en cuatro clases: Padmini, Chitrini, Shankhini y Hastini. A todas ellas les asigna una serie de características, tanto morfológicas, como comportamentales, apetencias mundanas, como aquellas que derivan en el amor y el sexo. 
Si nos referimos al Kama Sutra, del que se conocen dos: El Jayamangla y el Sutra vritti, compuesto entre el siglo X y XIII, también originario de India, se centra más en el comportamiento sexual del humano. Se compone de 36 capítulos que tratan sobre 7 temas diferentes, cada uno de los cuales fue escrito por un experto en el campo. Vatsiaiana, su autor, creía que hay 12 maneras básicas de hacer el amor y 8 posiciones principales. El Kama sutra tiene un total de 64 "artes", nombre que da el autor a la combinación de una manera de hacer el amor con una posición. El capítulo que enumera las múltiples artes es el más conocido, y es un error muy común confundir éste con el Kama sutra cuando en realidad es sólo una parte de él, dado que hacer el amor es el arte de jugar el uno con el otro, descubrir cuáles son los puntos más sensibles de la pareja con la finalidad de que sienta placer y siempre tenga en cuenta cuál es la diferencia entre ambos. 
Los dos manuales citados anteriormente son curiosos en su lectura debido a la simplicidad que en algunos aspectos son referidos a la mujer y los resultados de saber interpretarlos, como el resultado que su uso generan, en otros. No son en absoluto similares en su concepto a este siglo XXI aunque, sin embargo, sí que se orientan los dos a que las dos partes de la pareja disfruten en el juego amoroso y sexual.

El Sonámbulo mantiene que la variedad de personalidades femeninas son múltiples, muchas menos en el caso del hombre, y que conocerlas a todas es una misión extremadamente complicada y abocada al fracaso: basta equivocarse permanentemente para considerar que es suficiente, por mucho que en ocasiones mantenga que la sabiduría es un modo de relación que no se reduce a la adquisición del conocimiento,  siendo una forma de vivirlo... ¿...masoquismo...?. Posiblemente. En todo caso, patología.  
Importa más, yéndome al Jardín más íntimo, querer montarse en el viento con sus sueños,  y crear lo inesperado en el cuerpo de la amadadamante y oir su jardín en su calma, que despierte el deseo de seguir contemplándolo, aunque las flores, como dice ARS, se muevan noche y día y la imagen de la manzana recree otro jardín, el de la tranquilidad, feliz como MIchaux en su diminuto huerto improvisado.

martes, 11 de febrero de 2020

POSIBLEMENTE FUERA UN SUEÑO


Que no me busquen nunca en la calle de la cordura, -me dijo una tarde lluviosa y triste en la que cualquiera ganaría en las distancias largas- quiero incertidumbres que me hablen de un pasado hirsuto y contrahecho por una despiadada sucesión de descampados, pensiones de colchones chirriantes, cumpleaños sin velas y barcos sin brújula que me dirijan...
Supe que aquel carbunclo en la mirada era lo más hermoso y a la vez lo menos esperanzador que podía brotar de sus secos labios. Era de los increyentes en lo que algunos llaman felicidad y otros sentires.  Errática en su caminar comprendí su abandonada presencia, a la vez que un sentimiento de culpa me abatía y se adueñaba de la inclemencia febril del dios de los ahogados. 
No era una Alfonsina pero reconocí que carecía de abrazos correctos para su elegancia del saber no estar. Le gustaban las gentes con pasado sospechoso y presente canalla, las que tenían que arrepentirse de mil proyectos vitales fracasados pero que volvería a repetir sin pestañear porque eran infinitamente más hechiceros.
Nunca más la volví a ver, nunca más me atrapó aquel pudor bloqueante que luego intuí que era baldío y prehistórico...Desde entonces acepto que la intensidad no es una cantidad y que sin falta no hay ausencia.

viernes, 24 de enero de 2020

SOL NEVADO



El Sonámbulo echa de menos el tatuaje de la luz dorada sobre su cuerpo, memoria de inolvidables momentos en los que poco podía esconderse sin caer en la hipocresía deshabitada de la libido que tan precursoramente describía Duchamp sintiendo la memoria de la carne. 
Y es que ni las frases decisivas son siempre brillantes, ni todo tiene un detrás, como siempre nos quieren convencer, porque  depende del contraste, del viento que nos lleva, de la sombra que proporciona ese deseo inalcanzado, esa materialmente imposible marginalidad del poemario por finalizar. Hasta la brevedad no se agota con la duración... 
Desearía tener el gran azul en un vaso de agua para revisitarlo y estimular ese futuro más que inmediato al que camina y que fuerza oir las palabras partidas por el viento, enfurecido con el humano que desprecia lo único que tiene por momentos, fantasmas en una repetición de sombras en la oscuridad, cuerpos que se entregan yendo hacia la luz, uñas que se clavan en una piel curtida, callosa y aún sin aroma definitivo influenciado por su amadadeseada.
Siente que el frío no estimula al calor interior, más hartazgo de  tópicos como tiene la primavera. Necesita armonía con su estímulo, con su biografía que día a día se crea él mismo, paciente sin pedir explicaciones, prefiriendo sin comparar, amando cada instante...

jueves, 9 de enero de 2020

GASTRÓNOMO DEL AMOR (TERCER PLATO...)


Leer a quienes fueron sabios de palabra es una conducta escasa aunque siempre necesaria para cometer menos errores de los habituales. Seguirlos totalmente es complicado y en ocasiones imposible, pero no por ello debieran ser apartados de nuestros objetivos. Por ello, hoy, releyendo a Gracián, me quedo con uno de sus consejos de El arte de la prudencia, el 174, que habla sobre no vivir deprisa. Escribe que a muchos les sobra vida y se les acaba la felicidad, no disfrutando esos momentos, esos instantes con los que la vida nos deleita. Incluso en el deseo de saber debe haber medida...apunta. Yo me  atrevo a apostillar al Maestro que también debiera ser añadido al deseo de amar o de, incluso...de desear, de seguir buscando la muerte que se da por no alcanzar lo que podría con todo. 
Existen ocasiones en las que hay que cantar canciones de las que nunca se ha aprendido la letra, alojando ese cierto deseo en el desván de los imposibles, descifrando esa sonrisa o su movimiento de la mano al coger la copa, robando al pensamiento ese susurro que alimenta o esa luz nueva que primero ciega y después quema y quiebra una realidad mágica que en realidad es inexistente. Lo decía Lorca, el gran Federico, en su poema Madrugada: "Pero como el amor, los saeteros, están ciegos. Sobre la noche verde, las saetas dejan rastros de lirio caliente. La quilla de la luna rompe nubes moradas y las aljabas se llenan de rocío. ¡Ay, pero como el amor, los saeteros están ciegos!". 
El Sonámbulo es de los que piensa que en los espacios vacíos reposa siempre la posibilidad, como esos rayos sin trueno que nos dejan en suspenso... como ese umami que todos buscamos incluso sin saberlo. 
Mientras escribo e indago sabores que son deseantes, aprecio que el flexo también forma parte de la escritura, que lo pensado insignificante que nos rodea es imprescindible para comprender el global de la magnitud de lo que buscamos para poder seguir viviendo.