jueves, 19 de marzo de 2020

FUE EL GT A DISTANCIA QUE ME SALIÓ REFLEXIVO


Un Dybbuk (que significa “aferrarse” en hebreo) es un ser místico nacido en el folclore judío. Originario de Israel, las primeras historias conocidas sobre ellos tiene fecha en el siglo XVI. Se dice que es un demonio ancestral o el alma de un pecador que deambula entre los dos mundos para escapar del castigo que le espera por sus acciones pero también puede tratarse de la esencia de una persona muerta a la cual le han quedado cosas pendientes que hacer en vida. Un Dybbuk, dicen, es sólo energía, no posee una forma corpórea y carece de género sexual, pero posee  los cuerpos humanos, en su mayoría mujeres, para vivir en ellos, ya que él es un espíritu errante que no tiene cabida en el cielo, no puede o no sabe cómo llegar a él. Se dice que siempre regresa a la tierra para concluir su obra, la que sea. No estoy muy de acuerdo...Sexualmente puede ser tanto en la mujer como en el hombre acechantes ambos ante esa llamada de lo salvajemente perfecto ... y en ello reside la hermosura del momento.Posiblemente, sí exista un Dybbuk del deseo.
Otros lo han comparado como un fantasma que viaja de cuerpo en cuerpo completando y dejando inconclusas historias de amor y desamor, juntando y separando espíritus inconformistas una y otra vez... Es como una espiral desajustada que se cierne sobre amados y amantes en diferentes frecuencias de confluencia llegando a un caos engañoso. 
En cierta manera el deseo es ese concierto que elimina el desconcierto, que libera el caos y lo ciñe a un camino por el que el humano se deja hacer, esperando una meta que si no es deseada es solo una llegada...

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