domingo, 23 de febrero de 2014

EL INTERIOR... SIEMPRE EL INTERIOR


Otra de las características que acompañan a los Sonámbulos es su mundo interior, ése que crean a diario con sus reflexiones y análisis de lo que les rodea. Les abriga el sentimiento de que nunca las conclusiones provienen de una carencia de argumentación. 
En ocasiones, demasiadas posiblemente, las palabras salen por la boca sin la suficiente belleza con que fueron pensadas, y se desprenden tan fácilmente que simulan la ducha que en verano nos damos para arrastrar el sudor sobre la piel. 
Parece tan sencilla la claridad que se olvida esa voz nocturna que contagia amaneceres invernales, caminos al dictado, esencias no juzgadas por uno mismo. 
Es curioso cómo les interrogan sobre la forma en por qué no desean ser príncipes de la nada, mendigos de las cosas. Y, como han dicho antes los sabios...la respuesta siempre está en ellos, en su interior.

domingo, 16 de febrero de 2014

ESCUCHAR-RECORDAR

Hoy suena una vieja grabación de música gnawa en mi reproductor de sensaciones, rumores y configuraciones mentales en forma de imaginación deseante. Y recuerdo cuando descubrí estas vibraciones desconocidamente distintas a las conocidas que sin apreciarlo en toda su magnitud transformaban mis pensamientos hacia lo que me rodeaba. Miraba el cielo exageradamente tapizado de estrellas en aquel desierto del que tantas veces había oído  con calificativos huperbólicos que no entendía... hasta entonces. Oía cómo la música gemía, gritaba incluso, ¿o tal vez respiraba  tan hondo que mis oídos tardaron en comprender...?. 
Más tarde acerté a saber cómo se despiertan sonidos bajo los dedos de quien desea y siente la orientación de los caminos para perderse y encontrarse con voluntad de hacerlo. Aquellos ecos del gambri corporal se introdujeron en mi interior con la tensión propia de la sangre cuando llega al corazón, o al cerebro, o a la parte de nuestra anatomía que palpita, que habla por nosotros mismos, sin palabras, con hechos, formando parte ya de una biografía eterna... Creo, estoy seguro, que aún no me he repuesto de lo que no sé qué sucedió. 
Por ello, ahora, en la acompañante soledad de mi interior musical regreso a aquello que leí de no sé quién:  Lo que une dos momentos es el tiempo que se detiene juntos. Y es cierto. Hoy, ahora, estoy plásticamente absorto en mitad de aquel desierto que nadie vio por mí, que nadie me calificó, que nadie me robó. Pertenece a mí... Y es que más vale vivir con recuerdos imborrables que tratar de olvidarlos.

jueves, 6 de febrero de 2014

PUZLE


Le confesó que recorría las calles subrayando su ausencia, despoblando su melancolía, ignorando el por qué de la pérdida, aguardando su regreso como la amanteamada se sienta sobre las rocas buscando en el horizonte una huella que le de fortaleza para seguir esperando la barca de su amadoamante. Ocasionalmente se autoengañaba con una esperanza quebradiza como una oblea, y se preguntaba si sería diferente la demora del alma en caso de conocer lo que sabía: que todo nunca es para siempre, que del resto apenas tenemos noticias. 
Le contó que sus sueños ya no lo eran, que se habían convertido en sinfonías batientes de melodías inacabadas. Recordaba el inventario poético de deseos incumplidos, o realizados, ¡peor aún!, como si fuera la tradición del adab: trabajo que a la vez es un poema, destino de la literatura arábigoandaluza que disciplinaba los pensamientos por muy incomprensibles que fueran. Veía claramente la geometría sutil, la arquitectura que esos deseos habían construido en el espacio secreto de la imaginación de los creadores. Se debía descreer que algunos cuando llegan, incluso antes, ya se han ido... 
El Sonámbulo, en aquel instante, solo acertó a decir que, antes de ingresar en la casta, la primera vez que no durmió por alguien estaba solo, y que es turbador sentir la compañía de lo que no ha sido, que el humano no atiende a sus propios mensajes, los que crea él con sus formas y maneras, que nunca son mudas sino que hablan para el interior. Desprecia mil palabras, quédate solamente con la que te traiga paz, recuerda que dijo Siddharta Gautamá. 
Somos un puzle por construir. Cada día aprendemos enseñanzas nuevas. Hasta nuestros defectos hablan de nuestras virtudes. Tan solo hay que oirlos. 

lunes, 3 de febrero de 2014

PACÍFICOS SENTIMIENTOS TELÚRICOS

Un hombre que cultiva un jardín, o el que agradece que en la tierra haya música.
El que descubre con placer una etimología, o dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez.
El ceramista que premedita un color y una forma, el que acaricia un animal dormido o el débil que no fanfarronea su fortaleza, ésos son los que están salvando el mundo, posiblemente sin saberlo...
(Basado en un escrito de Jorge Luis Borges)




Y también ignoran esos ojos que miran, no observan, con inusitada impaciencia la imposibilidad de palpar lo que no tiene forma y sí  lo que proporciona vida embriagada de deseo compartido, de caliente çay en una terraza frente al Bósforo. 
Cuando salí de tí, a mí mismo me prometí que volvería, musita con desespero pueril el desolado que confunde la apatía con la serenidad que proporciona la devoción por el deseo. Y fue tal que cuando se despertó abrazado a la nada comprendió que sin horizontes...no se ve ni de cerca.