El que descubre con placer una etimología, o dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez.
El ceramista que premedita un color y una forma, el que acaricia un animal dormido o el débil que no fanfarronea su fortaleza, ésos son los que están salvando el mundo, posiblemente sin saberlo...
(Basado en un escrito de Jorge Luis Borges)
Y también ignoran esos ojos que miran, no observan, con inusitada impaciencia la imposibilidad de palpar lo que no tiene forma y sí lo que proporciona vida embriagada de deseo compartido, de caliente çay en una terraza frente al Bósforo.
Cuando salí de tí, a mí mismo me prometí que volvería, musita con desespero pueril el desolado que confunde la apatía con la serenidad que proporciona la devoción por el deseo. Y fue tal que cuando se despertó abrazado a la nada comprendió que sin horizontes...no se ve ni de cerca.
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