lunes, 23 de octubre de 2017

DEBATES TRUFADOS DE NATYRA


Poder contar con la posibilidad de entrar y salir de los sueños, de los placeres del amadoamante, sentirse delicadamente acariciado por esa epidermis a la que le supone millones de terminaciones nerviosas que mandan la información a un cerebro, pleno también de sueños y deseos, puede que fuera lo que cualquier humano deseante llegara a ansiar. El poder del sentido del tacto no ha sido debidamente validado, reverenciado por los humanos. Pareciera que va en el pack del tránsito y que en nada tiene que ver cuando se usa adecuadamente para que hablen las invisibles envolturas de los deseos y se vean los ojos y se sientan las mucosas. ARS lo define excelentemente en un librito que tituló El grito, y que afortunadamente está agotado por cualquier Sonámbulo que se enteró de su existencia.
El delirio que supone lo que algunos han calificado superficialmente como orgásmico, en nada tiene que ver con lo que los pertenecientes a la casta experimentan cuando sitúan todo lo que es su vida en un momento de muy diversa extensión; coexisten momentos delirantemente internos, para nada espejismos de lo que unos creen visibilidad, ese verbo externo que facilita el diálogo pero que es insignificante en importancia para que la conversación sonámbula surja. 

jueves, 12 de octubre de 2017

FUE-ES


Me dijo que no era nada, un billete fuera de curso legal, la longitud de la tarde, dos lorazepanes con güisqui para evitar el miedo de seguir vivo. Sentía que la vida era un gato asustado y escribió en la oscuridad sus confidencias que darían sentido a lo invisible, a una melancólica Venecia con tumbas de desconocidos a punto de salir a la superficie, de tipos fotocopia de Marcel Duchamp, Tristan Tzara, Fernand Léger y otros de complicada comprensión en el pasado y hoy, posiblemente, actuales. Comenzó un verano en Helsinki alojado en cabañas que suscitaran ritmo a confesiones de urgencia para sentirsentirsentirsentir... Y una mañana, cuando la lluvia cedía sus lágrimas al mar  mientras veía zarpar un buque de la Virge Line se interrogó si merecía ser la muerte la protagonista de su vida, el autoretrato de alguien o de algo. Y fue entonces cuando apareció el deseo, ese anticipo del cambio, esa frontera desdibujada frente a países que se desconocen todavía. Fue coincidiendo con un amanecer devorante de las imágenes poseídas que entonces le habitaban y le salían al paso para impedir respirar. 
Le recomendé visitar Essaouira, Mogador para nosotros, cederse ante los horizontes ocres como las tonalidades de Vera (el pintor de la abstracción mental), de las esporádicas construcciones, camaleónicas, cededoras a los vientos, de los olorosos bosques de thuyas siempre resistentes y protectoras.  Ahora es la contraseña que le conecta con la realidad, el acceso a una posibilidad que siempre estará presente, con o sin ausencia, como ese Sena que, como dice ARS, si no te ahoga cuando te llama, te ayuda definitivamente a vivir en el cambiante mapa cifrado de los deseos. 
La vastedad del olvido ayuda a desviar el desvelo, a prodigar lo ilusionante por encima de cualquier obstáculo que se cierna sobre el sueño de quien aún ignora que es un Sonámbulo.

miércoles, 4 de octubre de 2017

RESERVA DE DUDOSOS PENSAMIENTOS


Le dijo en una ocasión que las cosas nunca pasan porque sí, que todo conlleva una causa, como que si alguien te deja pasear por su cielo, mucho más exquisito, o exclusivo, o deleitable será que le de la clave de acceso a su infierno. 
Ese espíritu enigmático que se cruza en el camino, el de cualquiera, el de todos, sin ceder el paso, sin cederlo tú, fijando la mirada y estopando el tiempo, suele ser el causante de la elegancia del saber no estar, ningunear momentos, espaciar sensaciones y volcarlos en que cada día se tengan menos respuestas en común con la gente que tiene en común con otros. Y es que hay miradas que justifican una vida, aunque sea corta, miradas en las que quedarse a vivir y morir en ellas para dejar de tomar decisiones "en funciones". Las más de las veces es solo cuestión de aprender a superar menos y reemplazar más, y acercarse al rincón donde los susurros cotizan al alza.

lunes, 2 de octubre de 2017

NUNCA EL OLVIDO



Dice un proverbio oriental: "Cuídate de las mujeres que soplan sobre los nudos de una cuerda. Han anudado tu destino". 

El halaiquí hablaba de cómo los nueve vientos de la mañana envuelven a los amantes cuando se despiertan, injertándoles de nuevo los deseos de la noche vencida, y de cómo los viajeros que tempranamente se despiertan en Mogador reconocen que los nueve vientos anuncian la salida del sol. Era mágico oirle destacar que toda la naturaleza se ponía a merced de quienes desean ver también cómo el sol besa el horizonte mientras corazones inéditos al desengaño palpitan simultáneamente hacia un donde y un qué.

Y recordé entonces aquel poema de Cristina P. Rossi: "Nadie ha podido demostrar hasta ahora de manera fehaciente, que los pequeños deseos son más fáciles de conseguir que los grandes. Sólo se ha podido demostrar de manera fehaciente que son más numerosos". (Estrategias del deseo. Edit. Lumen). 

Y el día se hizo con voluntad renovada.