viernes, 15 de mayo de 2020

DIVAGANDO DE NUEVO



Lentamente, muy lentamente, permitió que su voz penetrara en él, que su mirada le acariciara, que el aliento de ambos se fundiera en uno solo, respirando juntos sin aún rozarse sus pieles hasta que fuera difícil de ser soportado. Sabía que el rigor, ese placer discreto del que saben los Sonámbulos lleva a la delicia de contenerse, que es la voluptuosidad más prolongada y sabrosa. Le siguió la conciencia del cuerpo, ese espíritu que se transmite con un simple amerizaje de sensaciones dérmicas, como ese baile en el que la música está interiorizada, sin melodías propuestas, solo escuchándose las vibraciones de sus órganos, de sus sentidos, de sus deseos...El tiempo fue interminablemente extenso hasta convertirse un cuerpo en el del otro, descubriéndose en movimientos  que nunca imaginó porque ya era otra persona, había dejado de ser él...había dejado de ser ella, bailando como si cayera infinitamente sin saber ni importarles donde caerían...Sabía que su biografía había cambiado de rumbo, que la wikipedia de su vida debía reescribirse porque hasta en los signos ortográficos habitan sigilosamente las pasiones.
Hay momentos interminables que se enredan entre nuestras piernas, en nuestras miradas, en nuestros sueños, desconociendo donde están los cuatro puntos cardinales. Dicen los ignorantes: "Perdió el norte...". Y probablemente estén en lo cierto,  aunque sea por poco tiempo, pero de forma perfecta, magistral, impecable. Es como las ciudades, que son otras según con quién se vaya. 

2 comentarios:

  1. Y que bellos y maravillosos son esos momentos cuando los dos oyen la música y saben que es el momento de seguirla . Cuando quieren ser uno y a la vez ser dos , para mirarse , besarse y amarse . Es entonces cuando quieren ser lo mismo , no los mismos .

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  2. Sonámbulo16 mayo, 2020

    Eso es la vida, Anónimo, esos paréntesis temporales que pasan y nunca volverán a ser iguales, serán otros...mejores ...o no, pero distintos. Tal vez por ello la necesidad imperiosa de vivir el tiempo que se da por nada, sin que se nos pida nada a cambio.

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