¿Existe el dueño de algún corazón que no intervenga en sus razonamientos, que no se apague ni se demore ni ambicione nada, que deje a la mente campo libre para moverse sin ansiedad ni miedo?. ¿Quién gozará de un corazón moldeable, capaz de recibir ajenas cautelas, de no considerarse ni considerar al del lado, como distinto o enemigo?. Fundirse en el deseo inconsciente es la esencia de todo ser con su procesador cognitivo en correctas condiciones, Que procese y almacene y, sin embargo, inconscientemente, descubra que está amando. ¿Cómo llegué, qué camino tomé...?, se preguntará.
Un monje se acercó a Joshu y le dijo:
-¿Qué dirías si no traigo nada conmigo?.
-Tíralo- replicó Joshu.
-Pero maestro- contestó el monje- ¡No traigo nada!.
-Entonces, carga con ello.
(Tradicional zen)
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