martes, 8 de diciembre de 2009

OTROS TIPOS DE DESEOS.


Nos cuenta ARS en De cómo llegó a Mogador la melancolía, que : "Todos los habitantes de Mogador iban diariamente a las murallas para tomar en la brisa y en los últimos rayos ardientes del sol, un baño de eso que ellos consideraban como la parte más íntima y más valiosa de sus antepasados. La piel bronceada era en Mogador la huella alegre de los muertos. Hombres y mujeres iban al puerto para reconocer en el aire el afecto de los suyos".
También en Occidente se tienen rituales similares que impregnan en el presente lo que el ausente le dejó. Son en símil de dios aúreo, sus enseñanzas, sus ejemplos, sus deseos de mejora frente a lo que él, el ausente, ya se siente derrotado.
Llega un instante en la vida, que el ser humano no vive por él mismo, vive para él, para ellos, confeccionándolo con trozitos de él mismo y aromas de esencias y colores que siempre quiso tener y nunca poseyó. Vive para él, para ellos, y sin embargo, no deja de desear. Todo lo contrario, desea más y más, hasta la extenuación por haber anhelado ser lo que en su imaginación siempre supo que fue.

1 comentario:

  1. ¿Muere el deseo?. No me contestéis. Sólo, pensarlo.

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