sábado, 14 de noviembre de 2015

LECTURA DESEANTE



Releer libros que nos han hecho gozar es parte de ese hedonismo al que nunca se debiera renunciar. Hoy, que París se tiñe de rojo por la sinrazón de quienes nunca sabrán qué es el amor, qué la serenidad, qué el alma sosegada, recuerdo de nuevo a Cristina Peri Rossi en su magnífico poemario Estrategias del deseo (Lumen.2004). El final lo dedica a dos poemas complicados, y digo complicados, porque es difícil mezclar el atentado  del 11-S en Nueva York y el dedicado al 11 de marzo en Madrid con un ideario de lirismo amoroso y sexuado. Y lo consigue. No crujen sus palabras, no dañan al cerebro y sí se siente más cercano ese deseo al que le dedica noventa y seis páginas.  Este año Peri Rossi publica La noche y su artificio (Cálamo. Poesía. 2015), otra aproximación a esa escritura erótica a la que tantos espontáneos juntaletras con escasez de sustancia gris han querido explotar para enriquecerse y empobrecer la imaginación (o no) humana. Habla del amor romántico, de la noche urbana, de la soledad,  del sentido homenaje a las partes corporales que tanto placer nos producen al humano, de la separación dolorosa, de la atracción, etc.

Qué poco se habla, hablamos, de deseo amoroso, erótico, ... pensaba hoy mientras la trompeta de Chet Baker sonaba de fondo, bajita, como para sentirla con mayor profundidad, como susurrando ese silencio en donde descansan todas las palabras, todos los recuerdos. Parece que se recela sentir esa mirada de asombro que aparece cuando una idea novedosa sale de labios ajenos. La sencillez del deseo es un valor en todo caso, sin excepciones, sin menudencias.  Desear estimula al crecimiento porque enseña a esperar, a olvidar ruidos que en su día fueron música, a ignorar nubes que el deseante ve en forma de exultantes soles. 






1 comentario:

  1. Realmente, lo que tú llamas sinrazón es lo que prima en estas personas que siegan vidas como si rasgaran papeles inútiles para ser convertidos en pasta de celulosa... Todavía estoy impactado por lo sucedido en París. Y no querría estarlo para que los que lo han hecho no se sientan más "importantes" y pensar que debemos deberles la vida que aún no nos han quitado... pero qué le voy a hacer, soy humano y me siento solidario con quienes sufren...Por eso quiero darte las gracias por seguir profundizando en lo que de verdad debiera importarnos, por el deseo, la pasión, el hedonismo, la satisfacción al amadoamante como bien calificas tú al otro/a. Gracias por estar ahí.

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