domingo, 8 de junio de 2014

PORQUE NUNCA SE REGRESA DEL TODO

Sucede a menudo que cuando viajas a un lugar todavía desconocido se piensa en quedarse para siempre, no regresar a rutinas en ocasiones quebrantes para el interior. Sin embargo, existen otros a los que se sabe, no se intuye, se sabe, que se regresará porque ahí queda algo o alguien que esperará tu regreso. Desde un aroma a un edificio, un sonido o una luz, unos ojos o una sonrisa... Todo empuja al deseo inaudible de ser una voluta de humo que se materializa, se quiera o no. Y todo provoca inspiración, todo manifiesta la avidez de querer hacerlo real, como si lo virtual se pudiera configurar en pasto de nuestro tacto... Otros, los más sabios, lo plasman en un libro, una pintura o una canción... como hicieron Vinicius de Moraes y Tom Jobim con Helô Pineheiro en su Garota de Ipanema... 
Siempre, de alguna manera, se deja la huella de lo que se pudo conseguir y no llegamos a materializar. Se hará más tarde, se conseguirá... si de verdad el deseo se manifiesta perpetuo, desafiando la importancia de tener por el de evadirse por caminos descubiertos pero manifiestamente cobijados por futuros que no harán historia, que solamente serán imágenes de delirios inacabados de fantasmas insatisfechos. El humano persigue la armonía con el único fin de conciliarse con lo inacabado... siempre. 

Leila, recibió, como escribe ARS en En los labios del agua, una frase que siempre me ha hecho reflexionar en continua búsqueda de múltiples significados cuando regreso de un largo viaje en el que los sentimientos han estado siempre presentes: " ... desde entonces, por morbosa curiosidad, por juego y por reto, como una tarea misteriosa, busqué al hombre que mereciera leerlo conmigo (un libro de caligrafía de los deseos), a mi lado, en la cama. Al que amara incluso desde el fondo de mis sueños. Y creo que ése eres tú".. 

Introducirse en los sueños de otros es la máxima expresión cuando las mentes están vivas, nunca cuando no lo están o si lo están ... lo son durmientes... aunque solamente sea porque tengan grabado a fuego que todo y nada se encuentren, siempre, en un punto. Y es que no todo lo que mata es mortal de necesidad. No siempre... o tal vez nunca. Alguien viene de otra parte, el otro vive en otra época y de repente se encuentran en tierras de nadie, donde sugieren espacios y aventuras... nunca regreso. Y esa emigración se detiene de repente, por muchas hojas de calendario que caigan. Él/ella, fondeó en aquel mar: de presencias o de hologramas, es indiferente.................

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