miércoles, 11 de diciembre de 2019

GASTRÓNOMO DEL AMOR (Segundo plato)


Los cambios más importantes de la vida, de cualquier vida, suceden de manera casi imperceptible; se realizan mediante una paulatina acumulación de detalles que, separados uno por uno, no parecen significar nada, pero de repente, juntos, se manifiestan en todo su tamaño y con toda la carga de frustración, satisfacción, posibilidad, apego, deseo de repetición, etc. 
Llegar hasta esta afirmación me la trajo la acumulación de conversaciones que personas desconocidas para mí hasta un momento concreto me las transmitieron de forma totalmente espontánea y precisa. Un trabajo, un viaje, un estilo de vida, hasta un nuevo amor aparecieron de tal manera, sin preveerlo, sin presagiarlo. Fueron flashes que inducían a tal mutación cuando recurrieron al feed back necesario para seguir caminando a esa memoria inconsciente de la que somos también los amantes del buen comer  y que no necesariamente somos Proust. Sucede, sí,  también en la culinaria. 

Alguien que dice quererte, ¿cómo creerle...?, tanto para quien lo dice o piensa... ¿Es una ilusión mental, un alucinación...?. Debería existir algún potaje mágico de cualquier color que si él o ella lo tomara con cuchara de plata descubriera la finalidad de sus verdaderos sentimientos. El potaje cambiaría de color si fuera mentira, se oscurecería; y en cambio, si la verdad imperara sería de una luminosidad excepcional; y si la sopa no cambiaba de color, permanecía inmutable... querría decir que le resultaba del todo indiferente. Posiblemente sea algo similar a lo sucedido con el realismo mágico...
Otra información que con los años he recopilado en lo relativo a lo gastronómico y la personalidad amorosa es conocer a fondo la sal y el azúcar. La una es muy concreta, la otra demasiado abstracta. Si se usa mucho la una, hará falta la otra, y ambas inducen a vivir en perpetua nostalgia compensatoria. No hay mejor método que el camino trillado: sal al principio, azúcar al final. Lo salado, además, sirve para dejarnos satisfechos habiendo extraído esas excelsas amarguras que no son tales, que habrá pensado incluso en abandonarlo en sus labios difuntos de amor. Lo dulce, en cambio, no es para atiborrarse, sino que es un estímulo para la fantasía, para el camino deseante. Ya lo dijo Savinio: " En el orden de las comidas, el dulce ocupa el lugar del vicio, o mejor aún, de un pecado que no estaría mal llamar dulcísimo. Los dulces los aceptamos cuando ya nos hemos parcialmente saciado, contar con esa parcial seguridad, apagado la necesidad (yo diría los interrogantes, la suspicacia...). El dulce hace olvidar lo que tiene de necesario, y por tanto de lúgubre y de mortal la operación de nutrirse; nos reconcilia con la parte divina de la vida y hace renacer en nosotros la estable alegría, la risa, el humor". 
Y tener sentido del humor es tan importante........... ¿a que sí...?. 

3 comentarios:

  1. La gastronomía y el amor tienen mucho en común . En ambos hay emociones , expectativas y aromas que evocan recuerdos mágicos en muchas ocasiones .
    Además , algunos alimentos son afrodisíacos , como las ostras y el chocolate que consumidos moderadamente con un buen champagne y , como dice el sonambulo , con una buena dosis de humor , nos hacen vivir momentos inolvidables .

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  2. Me gustan las especias, me devuelven lugares, momentos, espacios, como tú argumentas, Sonámbulo. No resisto aderezar un buen plato de comida "ordinaria" como puede ser una pasta, una sopa, incluso una verdura sin probar esa especia que me han comentado puede cambiar el sentido de la comida o de la cena. En estos momentos me estoy inspirando en combinarlas con personas que conozco y que me atraen para saber si se combinan bien...

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  3. Yo también soy un devoto de las especias, Lucía, y me gustan probarlas con cualquier plato, que adquiere diferente lenguaje según cuál se utilice. El jenjibre, por ejemplo, es estimulante, deja buen sabor en boca, y activa el deseo a repetir su uso palatino. He buscado sus beneficios: Evita las náuseas, es un antiinflamatorio natural, favorece a las afecciones de garganta, ayuda a aumentar el calor corporal, acelera el metabolismo, previene las afecciones cardíacas, o aumenta la libido... Yo ahí lo dejo...

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