lunes, 7 de diciembre de 2015

LLEGAR A COMPRENDER


Dijo Confucio que el saber no es tan bueno como amarlo; amarlo no es tan bueno como deleitarse en ello. 

Y en ello reside todo, en comprender la esencia de las palabras que forman frases, y frases que trasmiten pensamientos. Por mucho que el humano lo intente, no hay modo de ocultar lo que no es visible, lo que trasciende con nuestros movimientos, verbales o no verbales, siempre visuales, latientes como lo es el corazón de quien dice sin decir. Sucede lo mismo cuando se oye a alguien y se escucha lo que aún calla, lo que sólo él/ella dice sin decir.
Somos, lo admitamos o no, posibles lectores de lo liso y lo arrugado, como bien dice ARS en uno de sus libros (Nueve veces el asombro). Que lleguemos a serlo solo depende de nosotros, de vivir lo que hemos aceptado comprender a discernir. En ocasiones lleva toda una vida...

1 comentario:

  1. Escuchar siempre es productivo, oir deja escaso poso...

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