Yo creo que si la soledad manchara, no habría suficiente agua en el mundo para hacer desaparecer dicha mancha. La soledad, no obstante, es maravillosa, es creativa, consciente, rebelde, improbable... y también todo lo contrario. De lo que sí estoy seguro es que al igual que las palabras pueden ser pares o impares, la soledad también puede serlo...impar...o par. Y esta última es la que mayor dolor puede producir si no se metaboliza adecuadamente, si no se sabe interpretar aquellos versos de Baudelaire: "Solo es digno de su libertad quien sabe conquistarla".
La soledad forma parte, inevitablemente, de la vida. Se nace solo y se muere solo, por muchos que estén a nuestro lado. Fuimos, somos y seremos producto de ese retiro voluntario, o no, al que nos abocamos por el simple hecho de ser nacidos.
La vida es como un zarandeo entre el recuerdo y la esperanza, pero cuando los recuerdos ya no son compartidos, ya no son una pértiga desde la que saltar a la esperanza, son un lastre que empujan al fondo de la marisma. Posiblemente porque el humano se autoexige compartir recuerdos y no vivir entre ellos, sin más, formar parte de lo que uno mismo eligió: ser, un Robinson Crusoe.
La soledad es tan perseverante que apena que la lleven colgados algunos seres, ¿no crees?. Se esfuerzan pero...
ResponderEliminar¿Por qué no escribes más de la soledad, Sonámbulo?
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