martes, 15 de diciembre de 2015

DE LO QUE LLAMAN SOLEDAD


Yo creo que si la soledad manchara, no habría suficiente agua en el mundo para hacer desaparecer dicha mancha. La soledad, no obstante, es maravillosa, es creativa, consciente, rebelde, improbable... y también todo lo contrario. De lo que sí estoy seguro es que al igual que las palabras pueden ser pares o impares, la soledad también puede serlo...impar...o par. Y esta última es la que mayor dolor puede producir si no se metaboliza adecuadamente, si no se sabe interpretar aquellos versos de Baudelaire: "Solo es digno de su libertad quien sabe conquistarla".
La soledad forma parte, inevitablemente, de la vida. Se nace solo y se muere solo, por muchos que estén a nuestro lado. Fuimos, somos y seremos producto de ese retiro voluntario, o no, al que nos abocamos por el simple hecho de ser nacidos.
La vida es como un zarandeo entre el recuerdo y la esperanza, pero cuando los recuerdos ya no son compartidos, ya no son una pértiga desde la que saltar a la esperanza, son un lastre que empujan al fondo de la marisma. Posiblemente porque el humano se autoexige compartir recuerdos y no vivir entre ellos, sin más, formar parte de lo que uno mismo eligió: ser, un Robinson Crusoe.

2 comentarios:

  1. La soledad es tan perseverante que apena que la lleven colgados algunos seres, ¿no crees?. Se esfuerzan pero...

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  2. ¿Por qué no escribes más de la soledad, Sonámbulo?

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