viernes, 7 de noviembre de 2014

EL SUEÑO DE LA RAZÓN PRODUCE MONSTRUOS


Leo  en un semanal dominical la entrevista a un conocido director de cine neoyorquino cuyas películas llevan siempre implícitas un halo de melancolía y reflexión crítica que no siempre agrada a quienes van a ver sus obras. En ella se pregunta el por qué de la vida, el aparecer en este mundo sin habérsele preguntado anteriormente (obviamente difícil, aunque en ocasiones el humano no valora lo suficiente traer descendientes al mundo con la suficiente responsabilidad que este acto conlleva), transcurrir las más de las veces con gran dificultad y comprensión para luego, cuando alcanza la razón (la suya), tener que abandonarlo aunque no lo desee. Dejando al margen la personalidad del protagonista de la conversación impresa, provoca la introspección a la que solo nosotros podemos optar y creer en su esgrimida respuesta. Sin embargo, ya que estamos... podemos elegir cómo sobrellevarla, al menos en parte. Temer a morir no puede nunca ser una excusa para dilapidar la vida con el absurdo, por mucho que apetezca, atraiga o se empuje a ello. Las más de las veces, es aconsejable inclinarse hacia elevarnos un poco de nuestro ser común y recurrir a lo sobrehumano, o como cada cual desee calificarlo, ver que siempre nuestra mente puede ser el mejor compañero de viaje que podemos llevar con nosotros, al que aliarnos en momentos en que todo es de una oscuridad angustiosa, o que no solo las semanas, que también la vida tiene lunes difíciles y esperanzadores, entre muy variadas razones... 
Lo que no sucede nos hace sufrir en algunas ocasiones tanto o más que lo que ocurre. A veces pesa mucho lo que no nos sucedió... El gran pintor Goya tiene un magnífico grabado de la serie Caprichos que encabeza un texto extraordinario: "El sueño de la razón produce monstruos".
Pues éso...

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