Al parecer el color proviene de un molusco llamado púrpura o murex. De él brota un escaso líquido amarillo que al tocar el aire se vuelve primero verde y más tarde profundamente rojo. Las redes extendidas al viento contrastan con el blanco de la ciudad y parecen otro oleaje y sensacionan que a Mogador le hirviera la sangre.
Todo, en la ciudad del deseo, son mensajes que siembran la mente de quien rastrea buscando ese sortilegio que no está en donde viene sino a donde va, enmascarado de semillas de consciencia serpenteante. El ser humano está creado de dudas y búsquedas de lo que es esencial. Decía Lin Yutang : La sabiduría de la vida consiste en eliminar lo que no sea esencial. Y realmente es así.
Cuando las plantas de los pies del caminante sentían las calles de la ciudad, comprendía que debía aquietar la mente. Si sus pensamientos divagan todo el tiempo, si era constantemente víctima de despiadados pensamientos, no haría progreso alguno. La única forma de continuar su camino deseante consistía en seguir manteniendo la armonía que le suponía conservar su principio de identidad, aquel que le había colocado retos frente a él y que había sido su mejor profesor. Todo aquello le recordaba el rojo sangrante de aquellas redes que simulaban ser trayectos neuronales para el cerebro del Sonámbulo, que sabe se irán marchitando, como las mallas que arropan a los peces para luego alimentar a quienes se deleitan siendo comidos.
Me gusta la frase de Lin Yutang. Cada vez pienso con más convicción que es cierta. Deberíamos cargar nuestra mochila de lo esencial, el resto solo es carga.
ResponderEliminarEs una maravilla poder sentir lo esencial, un fuerte impulso para seguir adelante.
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