domingo, 20 de marzo de 2011

EL JARDÍN DE ARGUMENTOS.


Hay en Mogador un barrio judío al que se llega por el barrio de los plateros. En él hay un espacio que se dedicará a construir un jardín público. Sin embargo, les cuesta llegar a cómo será al final... La comisión de ciudadanos creada para tal fin vierte tal entusiasmo que cuando se pasa a la votación de las ideas propuestas, todas salen empatadas. Y es que cada grupo propositor siempre valoriza su deseo y ninguno más. Le han dado por llamarle El jardín de argumentos.

Despierta tal interés la imaginación deseante del futuro jardín que llega a considerarse el sentido mismo de la vida.
Es positivo que la imaginación desbordante del habitante vaya más allá de un simple proyecto. Mientras el deseo flote en un ambiente, en el que sea, todo estará aún vivo para poder perpetuarse. Llegará un momento en que, con la experiencia, se llegue a un punto de encuentro. Posiblemente será lejano, y será interesante que sea así porque ello significará que la luz del interés estará presente. ¿Será ese árbol el que dará la sombra más perfecta y acogedora?, ¿serán esas flores las que impregnarán a los caminantes por el sendero de sus deseos?. Pasarán los años que deban pasar pero cuando se llegue al acuerdo final significará que un estado equilibrado ha entrado en sus conciencias.
Dice un proverbio zen: El principio se realiza de repente, mientras que las cosas se resuelven gradualmente.

2 comentarios:

  1. Me gusta mucho leerte, me relajas y me llevas a un mundo muy deseante. ¿Has pensado en reunir las entradas en un texto?

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  2. Siempre está esa posibilidad. Pero queda tanto aún por decir...

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