domingo, 5 de diciembre de 2010

SER AMBIGUO.


Recomiendan Los Sonámbulos que se viaje a otras latitudes, se parta para... partir con su vida, con su letanía de expiaciones diarias y se encamine a ciertas incertidumbres que abran la mente, se aprendan nuevos deseos y se implique en foráneos pensamientos a los que jamás se les habría dado entrada antes. En muchos lugares, ¿en todos?, el sonámbulo desearía quedarse para siempre, y asume, al fín, que regresará más tarde o más temprano, con temor, con recelo a que lo que entonces sientiera, no responda a sus preguntas como lo hizo antes...

Recuerda ARS en En los labios del agua, su visita a Sevilla, en donde las miradas de las mujeres le transtornaban al solamente verlas, al cruzar dos sonrisas, dos palabras, dos implícitos deseos. Reconocía que le traían a la memoria otras miradas, otras intensidades, lejanas en kilometraje pero cercanas en esencia, genéticamente similares.
Después se encaminaría hacia la búsqueda del calígrafo Aziz, que era también indagar qué fue de Hawa. Pensaba en ella, sabía que era el complemento necesario para su trayecto, como el pensamiento lo es para llegar a ser obra, como la propia vida a modo de camino y no como destino, según afirmó el gran Kavafis.
Todas las cosas conspiran para la desaparición, pudo decirle en una ocasión alguien, y no se hubiera equivocado en lo más mínimo. ¿Y las personas?, ¿también lo hacen, o se dejan llevar por el murmullo de sus pensamientos, de sus sensaciones, sin refugiarse en lo físico...?. En ocasiones resultamos tan elocuentes que no es necesario esperar la respuesta. En otras se da lo que no se posee para permanecer más tiempo en donde nadie ha estado nunca antes. "Es la ambigüedad del ser humano", me dijo alguien cuyos blancos cabellos coronaban lo que intuí más tarde era la experiencia de toda una vida y del que hubiera deseado poder absorber toda la sabiduría que poseía en su interior, aunque mi vida, tan pobre... se fuera en cuestión de minutos....

1 comentario:

  1. Qué sabroso tu blog. Me compré Los Jardines secretos de Mogador de Alberto Ruy Sánchez, del que hablas tanto y me encanta.
    Me gusta cómo dices lo que dices.
    Mis saludos.

    ResponderEliminar