sábado, 13 de noviembre de 2010

EL TATUAJE.


Comentaban Sonámbulos urbanos la costumbre frecuente de adornar sus cuerpos algunas mujeres (también hombres, obviamente, pero no quiero dirigirme a ellos) , ya no de zonas concretas del planeta sino extendida a muchas otras. ¿Cuál podía ser el significado oculto de dibujar sobre su geografía cutánea?. Imagino que, como en todo, habrá muchas respuestas. Unas lo harán con la intención de no olvidar jamás un episodio de su vida, otras por su seguimiento del sendero de otros que impusieron tal conducta, pero ¿y su contendido...?, ¿pueden adivinarlo otros o es mejor que sea anónimo?, ¿y el lugar?, ¿se descubrirá o se mantendrá oculto en aquella zona que solo, y solo ella, o ellos, deseen sea conocido?. ¿Y el tatuador...?, ¿ se le deberá dar muerte como a los arquitectos de las pirámides para que nadie conozca tal mensaje emocional...?
Un tatuaje es eterno en la vida de quien se lo practica. Le acompañará y le recordará un capítulo afectivo, algo o alguien que supuso... será ese jardín secreto, uno más de los que ARS describe con su maestría conocida. Deberá vérsele a diario, como si te hablaran, hicieran eco: "Si quieres que tus mejores jardines regresen siempre de noche, tienen que estar muy bien sembrados de día. Son los jardines de ecos. Hay que cuidar las pasiones como a las plantas. Las amistades más intensas y los amores más apasionados son como plantas que se plagan muy fácilmente", dice.

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