jueves, 18 de noviembre de 2010

EL GAMBRI.


La forma en que medimos el tiempo es muy diferente a como lo hacen los mogadorianos. Ellos lo hacen cantando y bailando, como nos cuenta ARS. En cierta forma es como el gambri que acarician hasta extraer el sonido buscado.
El corazón es un tambor profundo y las venas llevan su compás por todo el cuerpo llegando a oleadas a donde el deseo se hace más intenso. Se baila para medir el tiempo disperso, para encontrarlo en el cuerpo de otro. Y se dice que un reloj está dentro de otro reloj cuando los amantes están unidos y suenan juntos, y persiguen sus latidos, como bailando. Pero nos avisan que no es bueno que latan al unísono ocupando el mismo espacio de tiempo porque entonces el tiempo se detiene, como en las crisis taquicárdicas severas.

Se ha intentado convencer que el unísono, el compás debe ser la perfección para el deseante ... y no. Deseado y deseante deben buscarse, y encontrarse para seguir caminando, para recabar informaciones que compartir.
El error siempre es el tedio, la vida sin estrellas que mirar juntos.

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