domingo, 19 de julio de 2015

DICHO QUEDA



La vida está plagada de intervalos. Es Interlude, como en la película de Sirk, que leí no sé donde le entusiasmaba a Fassbinder, o tan turbadores como una Greta Garbo en la involuntariamente onírica adaptación de Pirandello As you desire me. Los intervalos desasisten la vida tal y como la entendemos. 
Hay días que los intervalos son más frecuentes, como cuando leo aquel capítulo: Los nueve bonsáis, de ARS, en donde la lírica del deseo ennoblece cualquier disparatada acción que los sonámbulos piensen pueda recrearse: "Soy ese agua terca que busca noche y día todas tus raíces" o "En tu sol negro con ansia me devoras grito encendido".

La existencia no se entiende, no puede entenderse, sin un fin, exigente o circunstancial, pero siempre con una orilla a donde pensar llegar. Aunque para algunos sea quimérica, fantástica, artificial, irreal, imaginaria, para el existente sí es posible. Y ésto, aunque parezca no tener relación... me lleva a un verso del último librito de Cristina Peri Rossi: "Hacerte el amor es una manera -torpe- de decirte que te quiero".

2 comentarios:

  1. ¿Para cuándo un libro con todos tus pensados, Sonámbulo?

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    1. Sonámbulo24 agosto, 2015

      Gracias por acercarme ese halo de vanidad que todos tenemos y en ocasiones necesitamos. ¿Me gustaría...?. Posiblemente me gusta más escribir de forma indisciplinada, latiente, cuando quiero y como quiero, dejando que libremente se acerque a leerme quien así lo desee, y cuando éste lo precisa: responde, complementa la reflexión, la conversación. Difícil sería en un libro. No obstante, puede pensarse.
      Muchas gracias.

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