sábado, 16 de mayo de 2015

MIRADAS HABLANTES


En ocasiones, las más, se piensa, se escribe sobre Sonámbulos distantes, con una enorme curiosidad por su búsqueda, por ese remanente que siempre queda en la microatmósfera rodeante de uno mismo, de esa memoria imperceptible a la que somos agnósticos. Los humanos sufrimos la desgracia de rememorar, de que un sonido, un olor, una forma nos descubra lo que nunca olvidamos, como a esa mujer todo agua, que lo es, con la obligación de hacer que se aprenda a respirar dentro del líquido informe, insípido y nunca totalmente transparente.
El Sonámbulo ha comentado en alguna ocasión la mirada hablantina y deseante de las mujeres con sangre mediterránea, con un lenguaje cada vez más expresivo cuanto más prohibido fuera cualquier otro contacto. ¿Y ese idioma donde se enseña?, ¿en qué universidad  se aprende?, ¿alguien ha llegado a preguntárselo?. Algunos, muchos, demasiados que sean más de uno lo interpretan como el pudoricidio impropio de una mujer... No entienden qué significa tan solo pudor... y si alguna vez existió de veras. Alguna vez pude pensar que se trata más bien del subrayado de una ausencia, sensaciones que se entrelazan en el interior como hebras de hilos conformando la espesura de una tela destinada a evitar enfriarse.
El pudor siempre habla, sutilmente, hasta hacerse peligrosamente quebradizo, como ese semisueño leve de la noche, que habla de cómo se sueña en su sueño hasta que deje de incluirse en él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario