domingo, 19 de octubre de 2014

LOS REGRESOS

Los regresos son siempre, como menos, incómodos. Se desean ralentizar lo más posible, llamando en el silencio de la noche a esas estrellas que brillan más que nunca, expandiendo hasta lo imposible esos momentos que son vidas enteras aunque para otros sean solo...momentos. 
Retornar siempre tiene algo de fracaso, como los otoños, que son tan poco  prestigiados, grietas de un invierno siempre malhumorado en estas tierras en donde la epidermis se oculta para que el calor no se pierda de un cuerpo siempre desigual, tanto en intensidad como en verbalidad encubierta. Y es que en donde no se ha estado mucho siempre se deja más, incluso el calor.
Adiós. Hasta otra vez o nunca. Quién sabe si volverán las pisadas a esas tierras desconocidamente despiertas, como el cuerpo de la amadaamante que se desea y se retiene el impulso para no ceder ni cederse, nacer o morir para siempre. Afortunadamente queda esa caracola que al oído se acerca para poder reunir, tímidamente, (como diría el gran poeta Ángel González), con el rumor del mar, mis sentimientos.

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