jueves, 25 de septiembre de 2014

ES LO QUE HAY...


Hay días en los que al amanecer le cuesta más presentarse, que parece no tener en absoluto qué ver, y por lo tanto no haya nada que en verdad sea digno de ser visto a los ojos del Sonámbulo. Pudiera ser porque ayer durmió entre aquellos versos del gran Ángel González:

Tanto la he llamado, tanto
he suplicado su asistencia,
que ahora,
cuando apenas si tengo ya voz para llamarla,
casi lo que más temo es que al fin venga.

No me vuelva a dar la vida.

Quizá mejor que no. NADA GRAVE. Visor Poesía.


Y es que no hay nada peor que la espera, saber lo ajenadamente inesperado (¿enajenado tal vez...?) que es, en esencia, presentaciones ocultas, estrechas en posibilidades. Sucede, como me cuentan, en esas reiteradas hasta hacerse insoportables ausencias de frases deseantes, pensamientos inacabados para serlo dualmente, silencios improductivos de reflexión, solo monólogos de pensamientos ausentes, sin conclusiones... inacabadamente tristes y estériles para los poquísimos años que el humano vive... Y es que para entrar o salir de nuestra casa no basta con atravesar el umbral de la puerta.

1 comentario:

  1. Me ha provocado tristeza tu reflexión, una tristeza amable. Gracias.

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