jueves, 1 de mayo de 2014

PALABRAS

Son las palabras no dichas las que siempre persiguen, aquéllas que respiran intermitentemente, sin descanso, con esa luz nunca apagada, siempre encendida, las que más dolor provocan. Se siente tiempo perdido mientras se consumía en otros hábitos, en diferentes maneras para perseguir esa manera de ser el otro yo que siempre se ansía ser, sin causa ni condición, pero siempre apetecible, como de contagio a lo que rodea, sin más. o tal vez no, quién sabe... Oí en una ocasión a alguien que dijo que desde que ella faltaba y no se oían sus palabras no tenía indicios de él...
Las palabras, dichas con voluntad primeriza debe ser complicado definirlas en su justa medida, en su atrevimiento, porque con el tiempo se desmembran con facilidad. Es bueno también reconocerlo... Lo que en un pasado sirvió para unir intenciones viajan al olvido de ese mismo pretérito imperfecto por el que surgieron, animaron conciencias, unieron pronombres y desmidieron posibilidades. Hablar debiera ser un verbo reflexivo y en ocasiones más parece inflexivo. No obstante, el humano no vé esa posibilidad con igual dimensión que cuando divisa el horizonte... Será por eso por lo que esas imágenes sonoras y auditivas que se ocultaron en su momento hostigan de tal manera que se convierten en neurosis de aliento largo, y al que le castigan le martirizan hasta declararse en ruina y buscar ayuda...
El Sonámbulo asegura que existen las posibilidades, que los ritmos se van construyendo como las huellas del pellizco de esa mirada que amenaza con permitirse aun con los ojos cerrados. Y es que la mejor manera de tener momentos infelices es desearlo.

1 comentario:

  1. ¿Por qué se habla tan poco y tan mal...?.
    Y desearía que se entendiera todo lo eufemístico que se quiera... Como bien has escrito en otros posts se habla más con la mirada ¡y qué conversaciones tan hermosas...?, ¿verdad...?

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