martes, 21 de diciembre de 2021

ORIENTE 22


Hubo evidencias que se le ocultaron, que se autocultó,  por exceso de aparición; por ejemplo, que vivir era lo que veía. 
Entendía que el viento que le azotaba un día sí y el otro también, era producto de sus movimientos interiores, de aquellas violentas sacudidas que sus neuronas propiciaban en su cerebro excesivamente expresivo, ¿...o era subversivo...?. Mendigaba una explicación lo suficientemente coherente para descubrir dónde estaba ella, la de la mirada siniestra, la de muchas vidas en una. Aquel corazón, ajustado perfectamente a su mediastino se había desgarrado con su partida. Lo notó mientras se vestía y descubría que lo había sentido cuando le desgarró su camisa. Probablemente fuera ésta la causa...
Sin embargo, no fue hasta mucho después que apercibió que la distancia entre dos puntos no es, necesariamente, la línea recta. Entre la vida y la muerte hay muchas curvas...

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