viernes, 19 de mayo de 2017

CORAZÓN


Comparto con ARS que el corazón es el reloj más riguroso que existe.Y no solamente porque se comporta como un avisador del tiempo que ha vivido, sino porque es capaz de distinguir la diferencia profunda en cada momento: es un reloj que se enamora, se asusta, se inquieta, se impresiona, se excita o simplemente se deja llevar..., las más de las veces con fechas de una vida compartida por dos. El ritmo de la sangre conducida por los ríos de nuestros cuerpos es lo que el poeta llamó "la música del cuerpo", unas corcheas y semicorcheas que se oyen con mayor precisión cuando el deseo hace acto de presencia y componen dos cuerpos esa melodía del amor al que pocos pueden hacerse los sordos cuando aparece. Se evitará, se negará, pero de nada sirve presumir de fuerte ante dicha presencia, salvo para reconocer la debilidad de pensar en el amadoamante cuando su ausencia se deja notar, cuando su perfume no alimenta su pentagrama de ilusión, cuando el camino se soporta peor que al estar junto a él... Y es que la soledad es siempre más literaria que sentirse solo, irascible o azorado. En ocasiones esperamos la llamada que no hacemos, probablemente porque el corazón nos aconseja no hacerlo, aunque el desasosiego esté ahí, presente, aunque concluyamos que el periódico se lee mejor sosteniéndolo entre las manos, sin abrazarlo por temor a arrugarlo y hacerle perder su valor originario, su respeto. 
Lo difícil, dijo Lao Tsé, debe intentarse mientras sea fácil. Lamentablemente esa facilidad siempre se ve cuando ya es pasado, pocas veces se ve en el presente, cuando el viento viene de cola y los besos son el combustible para seguir navegando.

1 comentario:

  1. El corazón juega también malas pasadas, se equivoca y sufre. Quiero creer que es porque no se detiene lo suficiente para que el cerebro entre también en función, ¿no crees?

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