lunes, 4 de abril de 2016

DE LO QUE APENAS SE HABLA.


Todos los libros que ARS ha escrito sobre Mogador, en alguno de sus pasajes, existe la comparación con la mujer. Dice en uno de ellos: "Entraba en ellas, las poseía, pero en el fondo siempre le eran inaccesibles. Parecía afirmar, como buen maestro sufí, que nunca se termina de poseer a alguien, especialmente a las mujeres y a las ciudades".
Fuera de la misoginia arraigada de algunos (demasiados lamentablemente) hombres, debiera buscarse en la profundidad del alma femenina aquello que justifica su esencia, esa que pone banda sonora a cualquier episodio del día y que le provoca su propia renuncia, como muchas presentaciones que son realmente ocultamientos. 
Lorca, un inveterado estudioso del interior femenino, pone palabras a esas mujeres concebidas no solo para ser el contrapunto a la masculinidad del varón sino como compendio de virtudes y defectos del género humano, porque ella, la mujer, es la que compila a los dos, al hombre y a la mujer por igual. Lean Yerma, La casa de Bernarda Alba o Bodas de sangre, y disfruten, aunque al final triunfe la tragedia... Posiblemente habría escrito sobre el pálpito de todas sus pasiones: Cuando vienes, regreso a mí.

1 comentario:

  1. Siempre la mujer será quien habite nuestros sueños, quien sazone cualquier vida. Será hormonal, será espiritual, será lo que será...

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