domingo, 18 de octubre de 2015

INSTANTES IMPRESOS


No hay nada que supere a este instante que estamos, ahora, viviendo, tú que me estás leyendo y yo que estoy escribiendo ¿...para qué, para quién?, que el tiempo que ya se ha vivido. Extender la vida requiere intensidad, y sobre todo, por encima de todo, experiencias. 
Dice un sabio que fue y sigue siendo que cuando comprendes, la realidad depende de tí. Cuando no comprendes, eres tú quien depende de la realidad. Cuando la realidad depende de tí, lo que no es real se convierte en real. Cuando eres tú quien depende de la realidad, lo que es real se convierte en falso. Cuando dependes de la realidad, todo es falso. 
Realidad y falso precisa una ráfaga de viento para entronizarla en nuestra propia edad de oro, ésa que unos y otros siempre han precisado para sentirse partícipes del momento, orgullosos de vivir. En España fue en el siglo XV, y para Palomo Chamorro lo fue en la década de los 80. ¿Cuál es nuestra edad de oro?, ¿la existimos o es ella quien nos existe para que sepamos inconscientemente de ella...? . 
Nuestra realidad, la que sentimos proviene de lo que nuestra retina ha asimilado y luego enraizado en las neuronas que forjan ideas y sentimientos en cada uno, haciéndolo en silencio, reposando lo emotivo. Cuando veo a alguien en silencio, tiendo a imaginar que está usando la inteligencia. En cuanto habla, mis dudas desaparecen.

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