SALIÓ DE LO MÁS PROFUNDO...
Y le dijo en un arrebato de sinceridad:
-Espera, no te vayas todavía... necesito más tiempo...
-Tiempo... ¿para qué?...
-Para dejarte de amar...
Existen momentos que se eternizan y transmutan para dar paso a sentimientos convulsos, ciegos o inmensamente clarividentes, da igual. Aquel fue uno de esos instantes en el que cualquier frase que saliera de sus labios sería peor que el silencio.
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