Se podía leer en una ventana de Mogador un escrito fechado en el siglo XII que decía:
"Donde el deseo todo habita
el aire es a la ventana
lo que la red a los peces".
¿Por qué el deseo es tan sutil hasta convertirse en estremecedoramente real en ocasiones?, ¿por qué, en cambio, la algarabía interna del ser humano le enfrenta a convertirse en una mofa de sí mismo cuando se sitúa delante de su propio espejo?.
No existe respuesta acertada a ese sueño a medias del que habla ARS cuando la nube del deseo ciega ...¿o es cuando la vigilia es más intensa?.
Fatma le llega a decir: "ya no sueñes en mi sueño que te sueña". Posiblemente porque el deseo se ha mutado, es otro dentro del mismo.
Fatma le llega a decir: "ya no sueñes en mi sueño que te sueña". Posiblemente porque el deseo se ha mutado, es otro dentro del mismo.
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