lunes, 23 de abril de 2012

EL AHORA.


En ocasiones nos es bastante difícil separar el ahora del futuro. Cuenta una historia zen:

Un guerrero japonés fue capturado por sus enemigos y encarcelado. Aquella noche no podía dormir porque al día siguiente sería interrogado, torturado y posiblemente ejecutado. Entonces surgieron en su mente las palabras de su maestro zen: El mañana no es real. Es una ilusión. La única realidad es el Ahora. El verdadero sufrimiento es vivir ignorando el Dharma". En medio de su terror, súbitamente comprendió el sentido de sus palabras, se sintió en paz y durmió tranquilamente.

En cierta forma. este relato se trataría también de una analogía con el hedonismo, ese gran pecado capital para algunos hasta que llegan a la parada de la vejez, esa estación llena de verdades llenas y sobre todo de demasiados arrepentimientos. El Ahora debiera ser tratado con mayor reconocimiento, menor discipliencia, porque en él está el germen del mayor de los deseos, de la vida. 

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