lunes, 5 de marzo de 2012

EL BAILE




En ocasiones, la vida proporciona encuentros inesperados que recuerdan episodios vividos. Así sucede en En Los labios del agua, cuando Maimuna es hallada por quien en sueños pasados la tuvo entre sus brazos, la perdió y la buscó denodadamente. Bailaron y ante la confesión de él, también ella le confesó que le sucedía lo mismo.


- Somos dos fantasmas bailando.


- Dos fantasmas de carne y hueso.




Maimuna hacía del baile una ascensión maravillosa por eso que llaman en su país "los nueve niveles de la escalera iluminada". Los que, según decía, "dan luz al cuerpo desde adentro y llenan de alegría a todo lo que en él esté vivo". Aquellos nueve niveles de los que luego se enteraría su pareja, finalizaban en el que llamaban placer sin nombre, el que es privativo de quien baila, solamente de él. Maimuna le confesó que iba pronto a casarse con su novio en su país, pero que él no era como ellos dos, no profesaba el entendimiento interior. Sin saberlo, Mamunia estaba hablando ya de los que entonces no tenían todavía nombre, de nosotros, Los Sonámbulos.



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