martes, 31 de diciembre de 2019

31 DE DICIEMBRE


Hoy, día último de un año más, que a su vez es un año menos de todo, releo lo que escribí hace  diez cuando abrí esta diminuta y silenciosa ventana hacia un mundo deseado de todo, hambriento de misterios, descubiertos y por descubrir. Decía entonces: "Desear ha hecho seguir viviendo a muchos corazones rotos, por el dolor, por la indiferencia o por el simple cansancio de vivir... Todo ser humano tiene un deseo. Saber encontrarlo es el objeto de la existencia.". El paso del tiempo apenas me ha desviado de aquel primer pensamiento en el que me confirma que el corazón humano es capaz de soportar todo: capaz de morir y seguir vivo; pero también de morir sin haber vivido nunca. El corazón humano, o mejor "un" corazón humano siempre acaba por comprender a otro si se esfuerza, si se hace realidad esa empatía de la que tanto hablan algunos como palabra recién aprendida y aprehendida del vocabulario wiquipédico pero que ignoran su profundo significado. Sin embargo, nuestro corazón tiene mucho de reloj, y no precisamente de reloj atómico, sino de arena: posee su tiempo, éso que nunca se consigue con dinero, aunque sea muchísimo. Desde que el reloj de la catedral de Núremberg, en el calvinismo, empezó a tocar los cuartos de hora, se ha dicho que el tiempo es oro...¿lo es...?. Quizá... lo ignoro, pero sí sé qué es más valioso que el oro o el diamante negro natural.
Me decía un día alguien muy sabio que crear tiempo es amor, es vida, es eternidad aunque solamente sea para uno mismo, porque éso es lo que hizo quien nos creó, fuera quien fuera. Pienso que quien solamente se ha dedicado a observar el tiempo, increíblemente nunca sabrá qué es realmente amar, desear ser deseado para anhelar ir hacia ese paraíso nostálgico al que posiblemente nunca se llegará, que nos da la vida y que nos la arrebata a sabiendas y que se transmite siempre de dentro afuera, como la paz, tanto la interior como la exterior.
Hoy, que solamente pensamos en nosotros mismos, en decir muchas veces yo con la ilusión de llegar a serlo, es bueno reservar un poco de humildad para ser otro, ése que nunca seremos y querríamos haber sido, como esos lugares inquietantes en los que ya no se lloran las desgracias porque no se piensan en ellas, porque se ignoran sus existencia, y seguir deseando, como dice ARS en uno de sus libros: "el tiempo en Mogador es otra entrada al cuerpo: un sexo abierto y profundo, una noche serena, profunda, un apetecible misterio, una aparición". 
Recuerdo que en Mogador, el corazón es el instrumento más apreciado; nadie toca su propio corazón, sino el de los otros: ley elemental de la música mogadoriana del deseo. Y por eso es un instrumento que se toca en parejas.
El deseo, en ocasiones, se deja ver sin ser visto por el contrario... o sí. Y se atreve a ser inoportuno... o no. Son cosas del deseo mogadoriano, que al llegar a pensar en ser sexual se produce un salto extraño en la mente y por lo tanto en el gesto y en el lenguaje, que enmudece, transmutándose en visible lo invisible. Posiblemente por ello, las miradas mogadorianas son tan importantes entre los integrantes de la casta de los Sonámbulos, ese grupo especial de deseantes crónicos que caminan por el mundo y que solamente se distinguen por la forma de... "mirar con aire", como solamente saben hacerlo ellas y que nosotros, las más de las veces todavía no hemos llegado a aprender, a descifrar, a comprender esos algoritmos que seducen y desafían impunemente.

Diez años tras la primera entrega de estas pseudoreflexiones, sigue presente la pseudoadolescencia parcialmente mental de aquél que se preguntaba si sabía la lluvia detenerse a tiempo o si lo imprescindible es precisamente lo que nos destroza; si viene o no viene, o si viene con exceso; o si vino y se fue, que es aún peor. Posiblemente sea momento de ir dejando pasar el tiempo para partir en silencio, sin gemidos de viento que aislen más todavía................o no......


martes, 24 de diciembre de 2019

PASÓ...SIN MÁS.


Echo de menos el gran azul, aunque solamente sea para pedir que me socorra, tocarlo como se toca a un animal equívoco, un animal que se coma la tierra y luego se confunda con el cielo para percibirla una vez más. 
La veo en mis sueños y la confundo como la isla en donde vive el Garoé, aquél de los históricos bimbaches, para llevarla conmigo hasta su sal y beber su agua en su mágica "lluvia horizontal". Y la agrupé en mi retina y me transformé para sentirla como se acomoda quien se ama sin piedad, sin retroceso, hasta el final, como si fuera esa Ítaca a donde todos regresamos para sentir sin pensar.

En ocasiones, los Sonámbulos sentimos como las islas, nos convertimos en oráculos de la nada, desolados ante un diario sin alimento que llevarnos a la boca del alma, sin esa huella dactilar que dejar sobre otra piel, solamente oyendo la voz de un Ulises que grita por las calles de esa Ítaca que solo habita en nuestra mente, presa, enclaustrada en el interior de voces que le reclaman y a las que desea ser inaudible a sus sonidos porque al fin descubre que la verdadera distancia se mide en miradas, nunca en palabras... como aquéllas del distrito parisino 18, siempre decadente, artístico, jazziano, lleno de vida, de colorido, con aristocráticas familias venidas a menos pero con esa altivez que distingue a quién fue y ahora no es. 
En definitiva, quienes ya no están o se siente que no habitan nuestra presencia, no siempre tienen ausencias discretas, sino que se tornan indescriptiblemente muy suyas, con sus biografías a cuestas, inserenamente vitales prolongando la vida de cada instante que se comienza a vivir de otra forma, con otra proliferación de sensaciones por aprender...como en Esauira, ese Mogador de ARS al que siempre que se regresa se halla una nueva existencia.

miércoles, 18 de diciembre de 2019

LA MAGIA COMO RESPUESTA




Conforme pasa el tiempo, más me reafirmo en que menos es más, como dijo Mies van der Rohe. En todo. Acumular, en todo,  es un modo simple de no tenerse, de ser frágil por encontrarse con uno mismo... solo, sola.
Hasta el mundo del deseo se alimenta con más intensidad cuanto menos cantidad se extiende alrededor suyo. Leí en una ocasión que Virginia Woolf comentó en uno de sus discursos que crearon ese tsunami de revelación humanística a juicio de una gran mayoría, que los ojos de otros son nuestra prisión, sus pensamientos, nuestra jaula. Y es que en muchas ocasiones, nos ajustamos a ese silencio al que es mejor no tratar para no escucharse a uno mismo, para convivir con la ingenuidad que provoca ese gesto al que no nos hemos podido autocensurar para ser, definitivamente, lo que queríamos hacer, ser. Caer en esa furtividad de la que no ha pedido permiso, autorización, consenso... nos hace fuertes momentáneamente, sin pensar que el olvido tiene formas nada sofisticadas de permanecer y aún menos de huir.
Antonio Vega, ese gran cantante que la vida que él eligió nos lo arrebató por sorpresa, con anuncio premeditado pero con la necedad por nuestra parte de que el destino no se convirtiera nunca en su propia crueldad, escribió en una de sus canciones: "Donde nos llevó la imaginación, donde con los ojos cerrados, se divisan infinitos campos, donde se creó Ia primera luz, germinó la semilla del cielo azul, volveré a ese lugar donde nací. De sol, espiga y deseo  son sus manos en mi pelo, de nieve, huracán y abismos, el sitio de mi recreo". 
Vivir es un regalo, sí, pero un regalo envenenado si no se sabe desentrañar la extravagancia de su rudimentaria singularidad, de esa sencillez de desear.

miércoles, 11 de diciembre de 2019

GASTRÓNOMO DEL AMOR (Segundo plato)


Los cambios más importantes de la vida, de cualquier vida, suceden de manera casi imperceptible; se realizan mediante una paulatina acumulación de detalles que, separados uno por uno, no parecen significar nada, pero de repente, juntos, se manifiestan en todo su tamaño y con toda la carga de frustración, satisfacción, posibilidad, apego, deseo de repetición, etc. 
Llegar hasta esta afirmación me la trajo la acumulación de conversaciones que personas desconocidas para mí hasta un momento concreto me las transmitieron de forma totalmente espontánea y precisa. Un trabajo, un viaje, un estilo de vida, hasta un nuevo amor aparecieron de tal manera, sin preveerlo, sin presagiarlo. Fueron flashes que inducían a tal mutación cuando recurrieron al feed back necesario para seguir caminando a esa memoria inconsciente de la que somos también los amantes del buen comer  y que no necesariamente somos Proust. Sucede, sí,  también en la culinaria. 

Alguien que dice quererte, ¿cómo creerle...?, tanto para quien lo dice o piensa... ¿Es una ilusión mental, un alucinación...?. Debería existir algún potaje mágico de cualquier color que si él o ella lo tomara con cuchara de plata descubriera la finalidad de sus verdaderos sentimientos. El potaje cambiaría de color si fuera mentira, se oscurecería; y en cambio, si la verdad imperara sería de una luminosidad excepcional; y si la sopa no cambiaba de color, permanecía inmutable... querría decir que le resultaba del todo indiferente. Posiblemente sea algo similar a lo sucedido con el realismo mágico...
Otra información que con los años he recopilado en lo relativo a lo gastronómico y la personalidad amorosa es conocer a fondo la sal y el azúcar. La una es muy concreta, la otra demasiado abstracta. Si se usa mucho la una, hará falta la otra, y ambas inducen a vivir en perpetua nostalgia compensatoria. No hay mejor método que el camino trillado: sal al principio, azúcar al final. Lo salado, además, sirve para dejarnos satisfechos habiendo extraído esas excelsas amarguras que no son tales, que habrá pensado incluso en abandonarlo en sus labios difuntos de amor. Lo dulce, en cambio, no es para atiborrarse, sino que es un estímulo para la fantasía, para el camino deseante. Ya lo dijo Savinio: " En el orden de las comidas, el dulce ocupa el lugar del vicio, o mejor aún, de un pecado que no estaría mal llamar dulcísimo. Los dulces los aceptamos cuando ya nos hemos parcialmente saciado, contar con esa parcial seguridad, apagado la necesidad (yo diría los interrogantes, la suspicacia...). El dulce hace olvidar lo que tiene de necesario, y por tanto de lúgubre y de mortal la operación de nutrirse; nos reconcilia con la parte divina de la vida y hace renacer en nosotros la estable alegría, la risa, el humor". 
Y tener sentido del humor es tan importante........... ¿a que sí...?. 

domingo, 8 de diciembre de 2019

SENSACIONES PARA COMPLETAR UN PAISAJE HUMANO


Jolan Chang escribió El Tao del amor, la antigua vía china hacia el éxtasis, como la tradujo Lorenzo Cortina en 1977. Su estudio, como lo fue el Ananga-ranga, los kama sutra, la flor lasciva o el Ktab, según tierras diferentes, son esas bases a las que el occidental ha querido acercarse para comprender el origen de todo lo que mueve el destino al que irremediablemente se dirige por mucho que se niegue o no lo quiera admitir por no sentir que es la sepultura de un deseo que se quedará como tal para siempre mientras aquello que se parece al amor esté presente en su existencia. 
Esa avidez sensorial que puede vislumbrarse entre la mística de libros que simulan otros misterios se extiende más allá de sus páginas y siguen escribiéndose como sonámbulos en la piel y en la carne de quienes los leen, que sin saberlo son al mismo tiempo los que los habitan. Parece que no pudiera ser...pero lo es. Resulta imposible vivir sin esos mensajes cifrados en el alma...
En un texto de ARS habla de ello cuando dice que al llegar al sexo se produce un salto extraño en la mente y por lo tanto en el lenguaje: la gente describe inmediatamente lo invisible del acto y del cuerpo. Quiere y no puede explicarlo... El estudio de la anatomía mogadoriana, añade, incluye lo que no se toca ni se mira, pero se siente, algo que es muy común entre los miembros de esta casta..."los Sonámbulos". En ocasiones, hasta no duermen pensando en el sueño que tienen y que están viviendo, saboreando cada segundo, cada silencio lleno de aroma o de mirada resumida. 

Alguien comentó de ella que quizá podría llegar a olvidar sus rasgos concretos de cómo era, pero tendría labrada en su memoria lo que sentía al verla.

viernes, 6 de diciembre de 2019

DON Y RESTITUCIÓN


Si contamos todo lo que hacemos, ya se sabe al menos en qué se va la mitad de nuestra vida. Lo que resta es es nebulosa que el humano precisa para seguir siendo habitante. Me lo dijo un sabio de ésos que caminan por nuestras calles en cualquier ciudad y que nadie se fija en su existencia... 

Cuesta reconocer diferentes momentos que han quedado tatuados en nuestra mente, aún sabiendo que su color y su movimiento eran personales, muy personales, posiblemente sin premeditación y menos aún sin alevosía. Un día, una noche, al olor de su perfume irreconocible por su simbiosis con el propio aroma de la piel, descubre que su sentido de la vida, sin los otros, no podía ser, era imaginario,  constituyéndose en vulgar; sin embargo era transmutado y preñado de esa extravagancia que hace ver donde otros/as nunca serán capaces de apreciar, como un la Casta Diva cantada por la Callas, los colores de una alfombra bereber de un Atlas lejano o aquel paisaje remedante de olas oceánicas de un Ubud que siempre acompañará al Sonámbulo y que ya nadie le podrá arrebatar.

Ser animal nocturno en la oscuridad de su bosque deseó, transmutarse sin saberlo,  abordar aquella libertad de la que hacía gala, esa serenidad que un día abrazó, probablemente como madera tras el naufragio. Apreció que cuando la gente colocaba su cansancio en su extensión creando sombras latentes, hasta los rasgos de las caras más duras parecían ganar calma, aunque fuera a costa de la suya. Pensó en las personas que vagaban en aquellas horas por cualquier parte del planeta, en una segundaterceracuartaquintasexta...mil existencias similares en todo a la que adquirían en su mente los personajes de historias ya terminadas. Y es que lamentablemente las metas en muchas ocasiones son solo llegadas, quedándose en esa furtividad de un beso arañado a la sorpresa o el calor de una piel a la que las endorfinas aún no han llegado a hacerse presentes... o nunca lo harán. 

sábado, 30 de noviembre de 2019

NOTAS A PIE DE PÁGINA TRAS EL VIAJE


Los viajes, ocupan en el espacio siempre menos que en el tiempo. 
Los símbolos que alertan de sus experiencias auguran un balance estratégico de intensidades que en el instante en el que se habitan no son traducidos como tales. Son como la magdalena de Proust que sin saber el por qué se aparece de nuevo con el paso del tiempo para alimentar nuestras pulcritudes mentales, recuerdos incomprensiblemente comprensibles. Para algunos, no obstante, su mayor reconocimiento consiste en temer estas presencias, augurios de pasados que no fueron entendidos en el momento oportuno...¿o sí...?. Tengo dudas. Sin embargo, de lo que sí estoy seguro es que los viajes abren puertas ignotas porque el grado de descubrimiento es como el mismísimo dormir, al que hay que caer para poder despertarse.
Partir, como decía el sabio, es abrirse sin saberlo, dar paso a sensaciones que ni remotamente se pensaba existían y que su descubrimiento prodiga períodos de estabilidad que algunos llaman felicidad.

miércoles, 27 de noviembre de 2019

FINALES QUE SON COMIENZOS



Cada día es indescriptiblemente muy suyo, y no precisamente por la luz que lo ilumina o por ese fortuito encuentro que puede cambiar los números del reloj. 
Me contó cómo recordaba que existían días en los que  se le quebraban los muchos cielos después de creerse su único espejo, dejaban de ser azules sus recuerdos y se acortaban aquellos abrazos con sí misma en los que encerraba su alma maltrecha. Podía sentir el peso de una lágrima mientras se esforzaba en llenar de aire sus pulmones ya desgastados de tanto respirar adamascados perfumes. Pedía, suplicaba, que se abrieran ojales de esperanza con sabor a mañanas mientras hería con su mirada los relojes que le condenaban a la noche perpetua.
Desde su ventana quería volver a nacer, redescubrirse a sí misma, con otro acento de certidumbres, dejar de poseer aquel temor tan sigiloso que la fragilizaba hasta pensar que ni siquiera lo imposible pudiera tener lugar...



El final debería ser tenebroso, pero... no. Hoy está mirando el océano y su mente ha encontrado esa paz que dicen existe.

domingo, 13 de octubre de 2019

EL IMPOSIBLE CIERTO


Un día le llegó a decir que de no escucharle decir su nombre había olvidado cómo se llamaba. Y tras decirlo, se apercibió al instante de que la paciencia es capaz de repetir sin pedir explicaciones, que cuando no se siente a uno mismo no siempre tiene ausencias discretas. 
Le veía su espalda y era la espalda del mundo en la que hallaba refugio, entre álamos que musitaban sus secretos para tatuarlas en la piel del horizonte, allí donde se crean los sueños inacabados, en donde los sentimientos carecen de esquinas. Erguida como un himalaya cualquiera permanecía en momentos silenciosa para de momento, interrumpirse a ella misma disipando aquel pensamiento diamantífero de alguien deseante que se interrogaba por su pasado o por si tendría un mañana. Sus ojos se combinaban con su sonrisa, espontánea, sin filtrar por su mecanismo neuronal. Era ilusionante toda ella, recién nacida a un mundo en donde cada día era indescriptiblemente muy suyo.
En ocasiones deseaba la oculta mirada que no hubiera existido, que el deseo que le arrojaba sumiso a su imposible superficie corpórea para ser sentida desapareciera, y no iluminara su cuerpo, y no fuera un Bukowski cualquiera quien le acusara de ser un pájaro azul que ahuyenta cisnes en primavera.

jueves, 10 de octubre de 2019

ESTÓICOS Y EPICÚREOS


Se tiende a minusvalorar lo que no se comprende. Es un mecanismo de defensa. De lo contrario, se quedaría en evidencia. Por eso no es de extrañar la negatividad a sentir deseos, aún sabiendo que es una actividad de alto riesgo. Las filosofías orientales lo saben muy bien, y por ello construyen su camino hacia la felicidad por medio de la supresión del deseo. Sin deseo, afirman, no existe frustración ni sufrimiento. Es la antigua ataraxia (ausencia de turbación) de los filósofos estóicos y epicúreos. Las pasiones y los deseos, sostenían, nos llenan de dolor. La única dicha para por enfriarlas y apagarlos.
Reconozco que este tipo de orientación no va conmigo, soy preso de un occidente que siente el deseo como fuente de vida, como escritura que juega con el tiempo, compañía de lo que puede ser existente.  En cambio, lo contrario me parece la paz del cementerio, inútil, vacío, sin existencia, idioma sin contertulio. Lo que sí es comprensible es que el propio deseo posea su proporcionada cuota de frustración que hay que aprender a digerir, que no nos debilita, por el contrario, nos fortalece para el siguiente envite que esperamos con inquietud..contenida las menos veces.
Siempre el deseo es belleza...y hay bellezas que no se quitan ni con la ducha...

sábado, 14 de septiembre de 2019

CHINA MOSES y COURBET


Como si de un lento crepúsculo me acompañara, me asomo al exterior. Sopla ese aire que arrastra tristezas y melancolías sin número  y que si alguien me viera ahora frontalmente simularía un cuadro de Hopper. Y escucho la timbrada voz de China Moses buscando un amor que la entienda mientras mi imaginación se traslada hacia Courbert, a aquel cuadro que ví en una galería de algún lugar que no recuerdo o no quiero recordar, y que dice todo lo que en algún momento nos hemos preguntado, y cómo el pintor quiso vivir en su interior, quiso vivir en el arte, donde no hay fugacidad ni tránsito, solo dejarse mecer.

Lo más importante que existe y ha existido es el tiempo. Hace tiempo que lo descubrí...hacer del tiempo tu llegada, displicente, verídico, sin sabotajes, solo la verdad, que no es decible, ni un dicho, ni un relato en el diván del psicoanalista, solo esos devastadores minutos que transitan sin piedad por la superficie de nuestros cuerpos que nos obstinamos en cubrir indolentemente, con vergüenza, aunque no llevemos ligueros de encaje ni medias negras. El tiempo es nuestro juez y nosotros hemos de poner los testigos para que su indulgencia atrape el veredicto final. Mientras tanto... 

miércoles, 11 de septiembre de 2019

ME PARECIÓ QUE DEBÍA ESCRIBIRSE


La vida en realidad se escapa entre deseos y futuribles, nunca entre todas las deseables y deseadas caricias y besos... Siempre se carece de fijarla entre las palabras que se retienen en el encerado, (que no en la pizarra digital...) o en el papel caligrafiado en cuartillas que se clavan en el corcho para ser visto a diario...¿Será porque lo visualizamos encerrado entre palabras que no se verbalizan, no se guturalizan  para oirse mejor... 

Todo queda In memoriam.

¿O será porque en el amor está inscrito el desamor como las placas en el caparazón de los galápagos, como los años en los círculos del tronco de los árboles...?.
Siempre existe inocencia en las miradas enamoradas, en las noches de deleitoso placer y en las pesadillas al despertar, porque la vida, como decía al principio, está confeccionada de deseos insatisfechos, pues que el deseo cuando se satisface...deja de serlo y muere...definitivamente. Probablemente sea entonces el momento de buscar otro deseo, otra íntima necesidad que alimente el Jardín de lo Invisible.

sábado, 10 de agosto de 2019

EL CALENTAMIENTO DEL PLANETA


Escribía Federico que la luna giraba en el cielo sobre las tierras sin agua mientras el verano sembraba las tierras de tigre y llama. Y qué razón tenía cuando las lágrimas de sudor humedecen la piel sin que se vean adelantadas de un prefijo. Son noches en las que ni el AC sirve para lo que fue concebido y que a los pensamientos les faltan piernas para poder seguir su camino. O incluso onomatopeyas de monosílabos, gruñidos sorprendentes desarrollan secuencias sonoras agradables, siendo los sonidos indomesticados más audibles que lo que se deseara, con la expansión que regresa a la lisura y el sosiego. Es la desazón lo que califica y descifra ese sentimiento. Y persiste el deseo, esa flecha que avanza en círculos concéntricos, toca el blanco y luego nos acierta a nosotros, transformándonos, conferenciándonos el cómo habría sido no haberlo hecho, perturbándonos hasta extenuarnos ese silencio estival que propicia el sueño...

Los lechos recuerdan al hammam en el que únicamente la luz de las velas iluminan el vapor que envuelve los cuerpos, creando seres deformes  que luego poblarán la imaginación del desasosegante, ceremonia privada de la que solo el amadoamante es protagonista , siendo sus manos cabezas desdentadas que miran por los nudillos y muerden con las yemas.

martes, 30 de julio de 2019

SOÑAR ...o no.


Nunca había imaginado que un masaje pudiera hablar por sus manos, con movimientos circulares  sobre los músculos de un cuerpo silente aunque no ausente, estiramientos de todos sus articulaciones, uñas arando la piel pero sin generar dolor alguno...manos de deseo era lo que notaba insistentemente deslizándose sobre la penumbra de las urgencias de una corteza corpórea que controlaba por la ranura de sus ojos semicerrados. Y la humedad, esa atmósfera de aromas que fluyen hacia un interior que es más un inventario poético de las señas del deseo que el artificio posible e inherente para que el cuerpo se deje hacer, huya del mundo real y se inmerse en lo onírico junto a la amadaamante y su espiral de sueños que le dicen : "Disfruta y comparte lo que tus creaciones broten de tu mente con quien al amarte despierte en tí un eco de estos sueños". 

Y sintió, cómo se acercaba lentamente hacia su boca, y sus labios rozaban apenas su piel , el vello más leve de su cuello, los lóbulos, las mejillas. Y cuando giraba su cara para atrapar su boca con la suya, mordía dócilmente su labio superior mientras el otro llegaba hasta su mandíbula. Le daba de comer sus pómulos, luego su barbilla y mientras su lengua se deslizaba por todo el cuello de nuevo, aspirando cada ángulo de él, sentía que descendía su interés hacia el resto de su cuerpo con su boca abierta, y su lengua en silencio parlante hasta que atrapaba aquello que pronto les haría uno solamente, y lo engulló y él era una espiral movida por su lengua.

Aquél fue su masaje, aquél su sueño...o no.

viernes, 12 de julio de 2019

HOY VÍ UNA NUBE Y LA COMPARTÍ


Ámame en vertical y háblame en horizontal, y cuando ya estés segura/o intercambiemos posiciones, recuerdo que me dijo... También me explicó que en el sexo, las formas deben estar en el mismo lugar que las sábanas: al pie de la cama. 
Los planes B nunca surten buen efecto. Lo principal es la improvisación, la sensación de no pensar sino dejarse llevar por el hedonismo del momento, la vulgaridad sofisticada o la sofisticada vulgaridad de dos cuerpos que se desean y cuyo equilibrio se desvanece, prefiriendo siempre la práctica de lo que se enseñó en la teoría. 


Recomiendo autopsiar la propia vida, buscar dónde está el origen de la muerte de esa pasión, de esa enfermedad que le condujo a este triste final, breve o extenso, pero siempre triste. Lleva tiempo, sí, pero se consigue.

domingo, 7 de julio de 2019

MA NON TROPPO



Recuerdo que le leí a ARS en Nueve veces el asombro, que en Mogador las olas van y vienen sobre las murallas sembrando en la ciudad una terca sensación de ritmo constante que todo lo toca, como si se tratara de un reloj pendular que obstinadamente ha de latir al ritmo que tiene marcado. Por ello posiblemente se ha etiquetado que allí el tiempo es líquido. Afirman que calma la sed y ayuda a los amantesamados con sus humedades. O también sea porque el agua no se retiene mucho tiempo entre nuestras manos de la misma forma que en un recipiente estanco, que huye o se moldea en escasa cantidad haciéndose único y estable, cómodo y afianzado ma non troppo. En cierto modo es como el amado, que mientras se es no se envejece, no se siente aislado aunque lo esté como el Robinsoe de Defoe. Y esa conversión es la que importa de veras, porque el amanteamado o amadoamante, ama al mundo a través del que está amando, aspirando a mejorarlo porque a quien se quiere y desea lo habita. En eso consiste todo. Hasta en perdonar a quien se amó y ya es historia...
Leí de un gran autor, que no somos dueños del amor, ni puede el éxtasis morderse como un fruto una y otra vez, que siempre son distintos. Me atrevo a añadir que, al igual que las calles de Mogador son concéntricas, siempre algo inusitado sorprende a los amadosamantes, aquello que está en la naturaleza de la espiral y el deseo.

martes, 2 de julio de 2019

SIEMPRE


Existen palabras cuyo interior es difícil de traducir, indescriptiblemente complicadas de explicar a otros que no seamos nosotros mismos, revelar cómo fue que se deslizaron entre nuestras neuronas hasta hacerse un hueco desde donde ya ni siquiera nombrarlas fuera imaginable porque se habían hecho imprescindibles y sin embargo con el paso del tiempo se entienden con dificultad. Me recuerda algo que leí:

- Espera, no te vayas aún...necesito más tiempo...
-¿Tiempo ?!...¿Para qué?
-Para dejarte de amar...


También.

Observo un sacacorchos sobre la mesa y me da mucho que pensar. Se introduce con su función extractora en la atmósfera de un líquido aromático de ni se sabe cuánto tiempo en compás de espera sin pedir permiso, y obtiene toda su esencia para ser consumida en escaso tiempo, nunca más regrese a sus orígenes y se funda palatinamente provocando una sinfonía de reflejos sentidos. Es como la experiencia, que le dice más el pasado que el futuro, que si no se utiliza nunca se descubrirá su opción, su posibilidad.. De ahí que siempre sea una palabra cuyo porcentaje de acierto nunca cotice ni lo hará en el IBEX 35.

domingo, 16 de junio de 2019

CONVERSACIONES SECRETAS


Siento que soy el receptáculo de cuitas y mensajes no entregados. Cada vez más. 

Me reveló de sus experiencias nunca efectuadas y siempre suspiradas cuando le tenía a su lado, sintiendo su calor, aspirando ese aroma inconfundible de su piel, imaginando cómo sería intercambiar ácidas transpiraciones, exageradas expresiones que emergieran en forma de voces entrecortadas salpicadas de apneas orgásmicas, superpuestas por labios combatiendo cuál satisfacía mejor, mordidos suavemente, añadidos de voces de "mases" por ambas partes hasta que la vulcanidad fisiológica hiciera presencia, mutuamente, profundamente, duraderamente, cohabitando sin esperar nada a cambio, a la espera de que sus manos se abrieran de golpe hacia una puerta misteriosa, invisible, donde sus fantasmas fueran sus amantes siempre...independientemente de pensamientos autocensurados que se gangrenan porque son heridas que no sangran ni se limpian de posibilidades. Le hizo recordar que es tan difícil ser de alguna manera creyente en algo como no serlo en nada.

Ésa era su dolorosa alegría cuando olvidaba su sueño y regresaba a la realidad de una vida de constante búsqueda, de compartir calles imaginarias, largas o cortas, rectas o curvadas, pero con la inquebrantable esperanza de ese verbo al que siempre regresaba: sentir.

jueves, 30 de mayo de 2019

GASTRÓNOMO DEL AMOR (Primer plato)


La única noche que tiende a no olvidarse es la del desvelo. Las otras, las saboreadas, parece que son postergables, arrinconadas...y nada más erróneo que condenar al abandono las noches dormidas, y más aún las que suceden tras el placer. Es como el amor: el inolvidable es el que nunca fue. Aunque suene a doloroso, a dialéctica imperfecta, a suspicacia pragmática.
Me contó en una ocasión un gastrónomo del amor, que como para el insomnio, también para el olvido hay brebajes y jarabes. Pero ambos son remedios sin discernimiento. Los unos te dormirán tanto (sin sueños y sin sueño), que será como morir. Con los otros no olvidarás, si los tomas, lo que quieres olvidar: lo olvidarás todo, fuera gustoso o no. No me quiso revelar sus remedios para  el olvido porque, según él, poseen el mismo efecto que tiene la cicuta. Sí, en cambio, me dijo que hay palabras que viven subyugadas en el paladar, imperantes ante el desafío de la deglución, siempre previstas para ser dichas cuando menos  ( o más...) se deseara. Sabía tanto este peculiar ser de los sabores que me introdujo en el laberinto de las especias sin yo mismo apercibirme de ello. Cúrcuma, canela, cilantro, comino, polvo de chile, nuez moscada, tomillo, achiote, agracejo, ajenuz, albahaca, anís estrellado, eneldo, curry, hinojo, mahalep, vainilla, sésamo... iban formando parte de mi personalidad intrépida hasta descubrir que las palabras tienen aroma. Es cuestión de vista... y de oído, no solamente de pituitaria... Y es que cada persona a la que un día se conoce profundamente, si se desea conocerla... cuenta con su propio aroma...si se sabe oler, o escuchar,...o ver.
En cierta forma, se lo agradecí porque no es frecuente dar con la explicación al sinsentido.

sábado, 25 de mayo de 2019

DEBER TOMAR DECISIONES...EN FUNCIONES


A Mogador se le llamó también Purpurina porque se fabricaban los tonos de rojo que eran los más preciados para usarlos en las capas de emperadores, reyes o Papas. Al igual que le sucedió a ARS, pisé sus playas cuando era la "siesta de las redes", cuando cientos de redes teñidas entre el rosa y el violeta se secan sobre las murallas de su entorno protegiente. Imaginaba el novelista que vista desde el océano, Mogador puede dar la sensación de que le hierve la sangre. Es posible...o que se esté desangrando...muriendo de deseo...obstinado.
Recuerdo que a las afueras de la ciudad se encuentra las ruinas del llamado Palacio de lo invisible, construido a partir del libro de Aziz, Tratado de lo invisible en el amor. Es lamentable su visión, carcomida su base por las olas, ausente y abandonado como un deseo mal situado.
Es positivo ver la ciudad desde el océano, en la lejanía, para comprender que cuando se les pregunta a los habitantes de Mogador de dónde son, contestan: "De Mogador...por suerte". Otros afirman que son de "la ciudad de la buena estrella", porque un cometa, se piensa, protege a la ciudad orientándola y abriendo en el cielo el mejor lugar posible para ella. "Mogador tiene Baraka", comentan los que la hemos habitado, aunque solo fuera por unos días y deseemos regresar pronto. 
Reconozco públicamente que yo le he mandado a varios seres magníficos a beneficiarse de su atmósfera, de aquello que solo puede ser nutriente para quienes desean seguir viviendo eternamente y abandonar ahí esas tensiones que abruman en ocasiones al humano y le obstaculizan a dar un solo paso. Se lo dije a ARS en una ocasión, y él lo recogió en uno de sus escritos. Eran personas que tenían días en los que les hubiera gustado tomar decisiones "en funciones"... apasionados a los que del cielo les lloverían en su momento lápices de colores si no fueran tan desconsiderados con el Dios de cada uno, que es el de todos, imagino, el que llevamos dentro y nos apoya para aceptar que aunque dicen otros que el amor mueve el mundo, la mayoría de los Sonámbulos nos movemos además a base de  pasión. 
Alguien me dijo en una ocasión que el incendio era aquel al que amaba y no era correspondida, que los demás, muchos, tan solo habían sido simulacros.  Y yo pensé entonces en El Palacio de lo invisible, aquel que está destruido, más  aún hoy posiblemente, pero que tendría mucho que contar en aquella ciudad que es conmovedoramente amable con quien precisa encontrarse, e imaginé que es un error colocar una tirita donde se necesitan puntos de sutura.

lunes, 29 de abril de 2019

SONIDOS SIRÉNICOS



En ocasiones, se despertaba y buscaba la pureza de su ausencia haciendo acto de presencia involuntaria la tristeza insolente de haber vivido una noche más, sentido sus labios, la deuda de un mundo creado por ellos para ser consumidores inmisericordes de unas horas que ya eran pasado perfecto y nunca pretérito imperfecto. 
Observaban luz del faro rebotando en el océano con la misma ferocidad a como embestía su rayo contra las barcas que, como suspendidas sobre el agua, sus dueños buscaban el preciado tesoro del que esperaban surtirse. Y lo vislumbraban absortos, ensimismados frente a aquella imagen tan alejada de lo que vivían en sus vidas, huérfanos de sensaciones a las que ir tras ellas como su el flautista les llamara sin descanso... ¿Existían sirenas como predica la mitología...?.
La huella que su cuerpo dejó en el lecho la fue sintiendo en las yemas de sus dedos mientras la dibujaba diletantemente, sintiéndola en cada centímetro de su tejido. Oía cómo corría el agua...y se sentía tranquilo al saber que hay bellezas que no desaparecen ni con la ducha, y que desde hacía mucho sabía que aquello no podía durar mucho tiempo, que acumular es un modo simple de no tenerse. Incluso los sentimientos.

domingo, 14 de abril de 2019

FUE LA GARÚA


Fue una tarde de garúa, como allí se denomina a una lluvia muy fina que puede dar la impresión de que es inexistente y que las gotas están suspendidas en el aire, un escenario propicio para rememorar la gestión de simulacros, como es la vivida verdad: breve como la fraudulenta desnudez de la carne en esta sociedad que la desea y la insulta para a oscuras extraviarse por sus placenteros y sinuosos caminos cutáneos. Las noches, las tardes, las mañanas, son inconstantes... desocupan el espacio que a tientas buscan los amadosamantes, lanzando preguntas a un aire corrupto de sensaciones que tardarán en marchitarse, insistiendo en esa interinidad de manifiesto continuo que es la vida inconstante. 
La memoria de quien sufre Alzheimer es la menos beligerante. Lo creo. Es indolora, eficaz hasta hacerse tan liviana, sin dogmas ni predicciones, que cada día es único y trascendente, con la mirada irreverente hacia un inexistente futuro del que no recordará el  embadurnado resto de los fluidos amatorios del día anterior, el reflejo fiel en la retina del amanteamado de todo un universo de futuribles que nunca serán. Todo, al fin, para desear que cada momento sea único, el que prevalezca por encima de todo y que la dulzura sea más que un sabor, un sonido que se oiga de continuo.

jueves, 21 de marzo de 2019

PENSAMIENTOS PARA SENTIR ARMONÍA CON UNO MISMO


El humano piensa a menudo, según me dicen, en que lo que lo prohibido suele ser generalmente lo que más se desea. Es la atracción de lo que no se entiende, lo que va en la dirección opuesta al pensamiento del Régimen, el surrealismo o incluso el superrealismo, aquel movimiento cultural surgido en Francia a partir del dadaísmo, en la década de los años 20 en torno a la personalidad de André Breton y su Manifiesto... , el trascender lo real a partir del impulso psíquico de lo imaginario y lo irracional. 
¿Hasta qué punto lo imaginario no es beneficioso para lo que se pretende sea real...?. Esa imagen arropada entre nuestras meninges que sale del frío y busca la hoguera desaforadamente nunca es aceptada socialmente. Se convierte en una sombra apesadumbrada y deambulante que es mejor ocultar, vivirla hacia adentro, hacerla posesión intrusiva, como si se convirtiera en un homenaje a Rayuela, que había que entender con el tiempo y nunca en el presente. Siempre el interior es más valioso que lo superficial, siempresiempresiempre... Éso me consuela.
Ver la huella que su ser deseante deja sobre la arena de la playa y sentir su cuerpo sobre el mundo real es la consecuencia de una vida apaciguada, higienizadamente digna en una vida a nivel mundial que se distingue por su escasa limpieza. 
Mirando al gran azul piensa el Sonámbulo que es tan extranjero que ni siquiera se siente de otro lugar que no sea su propio pensamiento y sus deseos, que los ve como luciérnagas imposibles. 

lunes, 4 de marzo de 2019

BUSCAR LA CALMA


Existen ocasiones en las que la conciencia hace black out, se muta en imágenes ni siquiera imaginadas. Es entones cuando hace aparición el arte fisiognómico andante, un tipo de habilidad que hay que descubrir tempranamente, pues solo la experiencia guía sin tropiezos por el conocimiento de gente a través del movimiento de su cuerpo. Ya he hablado en alguna ocasión que el modo de caminar habla de la persona que lo utiliza, sobre todo si es del sexo femenino, desconociendo que su cerebro es quien guía esos pasos gobernados por el arco sospechoso que forman las piernas, sus glúteos y su espalda mediante pasos rítmicos o descompasados que caracterizan la personalidad de quien va unos metros por delante de quien observa. Es curioso que su pelo, incluso su vestimenta (disculpe Alfonso X el Sabio quien en su Partida Segunda escribe "vestiduras facen mucho conoscer a las muyeres o los homes por nobles o viles") no transmite gran información al voyeur temperamental, como tampoco su forma de ir peinada o descompuesta. La desnudez que genera la marcha es imposible camuflarla con otros aderezos o complementos ya sean físicos o llenos de corporeidad. 
Ese espacio onírico del que hablé al principio se me hace símil con el rito del sosiego: dos sillas y una mesa, un paté de hígado de oca, tostadas de pan fresco, una botella helada de vino de Sauternes, y frente a tí la cara de la persona que te provoca calma. El paté recuerda que somos carne, el pan que somos naturaleza, que hemos crecido del suelo, y el espíritu del vino de Sauternes aviva lo que se olvida: la posibilidad de unir dos pensamientos. 
Dicen que la vida da muchas vueltas. Lo trascendental es perderse, aunque sea desde un paseo o salivando lo que se desea.

domingo, 17 de febrero de 2019

AMANECERES DOLOROSOS FRENTE AL GRAN AZUL


Hay dolores que se recuerdan como antiguos, como heridas que no acaban de cerrarse, bocas abiertas exhalando oxígeno, nitrógeno y carbónico hasta dejar exhausto a quien suplica seguir viviendo. Seguía con su relato y me contaba que era un dolor cautivo, sin morfina ni remedio, dolor expandido por todo su cuerpo y mente, como células malignas que se adueñan sin existir modo de asesinarlas. Le dije que viviera más para ella, que no hiciera nada siniestro para nadie, que no valía la pena, que nunca las penas valen para nada, que se sintiera satisfecha con lo poco que pudiera, como ya dijo Freud, Dn. Sigmund: el hombre o la mujer insatisfechos de sí mismos no aman. Ni del amor ni de la guerra sale nadie ileso cuando se desprende de forma otoñal, sin saber cómo, lentamente, sin savia que alimente el momento ya amarillento. 
Dicen los poetas árabes que el destino es el vagar de un camello ciego. Cada vez lo creo más vehemente. Nadie elige cuándo nacer, quiénes sus padres o hermanos, incluso ni su lugar en donde vivir...si me apuras. Se es Scherazade en elegantes y furibundas noches de pasión mientras se desgranan ebrias historias de palabras paridas al sopor de húmedas treguas. 
Me escuchó mientras miraba al gran azul. ¿Supo creerme...?

martes, 29 de enero de 2019

IDIOMAS PARA NO ENTENDERSE



Hay frases que estremecen, por su fortaleza, por su debilidad, por lo que dicen diciendo, por lo que dicen sin decir... Una de ellas la escribió ARS en Los jardines secretos de Mogador: Huelo a distancia magnolias en tu vientre y me trastornan. 
Del mismo modo que para ser extranjero basta viajar, para sentirse menos extranjero ayuda que los demás también hayan viajado. Esa es la gran enseñanza, abrigar la sospecha de que aquellos con los que hablas sepan tu idioma, de igual forma que la garúa cae sobre tí para que entiendas mejor la geografía que estás visitando y cuya lengua te empareja a cada paso con el de la acera de enfrente. Con el paso de los años me afirmo en la fe de que una misma lengua debería haberse impuesto, obligado, de la misma forma que nos obligan a pagar impuestos o a no provocar accidentes en las carreteras, que la ONU, UNESCO, FAO, OEA, etc.  y otras instituciones a nivel mundial se hubieran empeñado en la voluntad de evitar duelos para que todo el mundo nos pudiéramos comunicar sin la barrera idiomática que impide transportar los sentimientos de la misma forma, y no ser traducidos con meras aproximaciones. Porque nunca el viento es igual que la voz. Sí, te envuelve, te hace saber que está ahí, pero solo es un tránsito, se irá y no se quedará a reposarse. Estoy seguro que mucha sangre derramada, muchas lágrimas lastimeras y sufrientes se habría evitado, muchas pieles se habrían acercado si el mismo habla hubiera abierto la puerta del diálogo a la par, a la comprensión sin intermediarios. Nunca los intermediarios son buenos, siempre se quedan con el aliento del alma. Conozco dolores que dejan en ridículo a todas las teorías que existen o puedan llegar a existir. Hoy, afortunadamente, hay miradas que prestan los ojos, que telepatizan discursos no escritos, pero aún son una gran minoría desconocida... son ese mundo invisible del que habla ARS, como la intensa y pesada fragancia, casi alucinógena de algunas flores como el ylang ylang, las gardenias o las azucenas, o como ese prolongar el aroma de las magnolias en un vientre al que el deseo insiste en acariciar.

miércoles, 23 de enero de 2019

DEPENDE


Me dijo que tenía vocación de curva y no la entendí, y que había olvidado el ángulo de las palabras. Y seguí sin entenderla. Me afirmó saber que en un tiempo supo que lo fue todo para quien amó, incluso frontera o anticipo, y ahora intuye que es su contraseña, ésa que le abre los precipicios por donde cabalga su solitaria figura, la que le permite entrar en su ausencia y acariciarle sin que sepa que lo está haciendo... 
Finge delante de todos su atrapada normalidad social para que desconozcan su verdadero DNI espiritual, acepta ser el complicado crucigrama de las hojas del periódico que muchas manos lo han desnudado de su primitivo color. Adorna su vida con diletantes suspiros que enturbian la cordial vida que nunca tuvo y siempre deseó no desear. Su sinceridad es ya un dibujo hecho sobre otro dibujo, el último somnífero del vampiro antes de llegar la luz...
Las mejores llamadas son aquellas que no se esperan me dijo un día mortífero de calor bajo una palmera que se resistía a dejar de agarrar sus raíces a una tierra que le despreciaba. Le pregunté si en alguna ocasión había deseado y me contestó: Depende de quien pendiera ese deseo...