jueves, 7 de enero de 2010

MAGO DEL ALMA.


En Los nombres del aire, ARS, dice: Cuentan los marinos que, al llegar a Mogador por la noche la sienten como una ciudad de voces que resuenan, y sus murallas son como los labios que amplifican y modulan su canto. Sobre cada una de las seiscientas sesenta y seis torres que tiene la muralla, un dragón hueco de piedra, que gira con el viento como veleta, recibe los ruidos de la ciudad por un embudo entre las piernas traseras, y los lanza por las fauces transformados en complicado canto arabesco que, dicen, hace llorar d eemoción a quienes por primera vez lo escuchan.
El viento habla palabras que nuestro inconcluso inconsciente vomita a traición, sin delimitar cuánto puede dañar, o a quienes va a desazonar. Sin embargo, también para estos males existen tratamientos preventivos, como para los amores fou o las digestiones pesadas. Tan solo hay que encontrar al mago idóneo, licenciado en brujería del alma, sabedor de espíritus indómitos y amores a los que se ha estado esperando una eternidad...

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