Los Sonámbulos, como bien dice ARS, no distinguimos entre la realidad y el deseo. Nos movemos porque deseamos, caminamos porque deseamos, nos alimentamos porque queremos seguir deseando lo que nuestras papilas gustativas nos han hecho desear. En ocasiones, incluso llegamos a confundir a las personas con las cosas en la virtud de que poseen el alma petrificada del ser que antes se hizo con ellas. ¿Deja impresa su huella de ilusiones deseantes mientras espera que no se diluya?, ¿sabe alguien de qué materiales consistentes y perdurables en el tiempo se confeccionan los deseos impresos en las cosas...?, ¿qué tienen los objetos que nos hacen recordar el camino emprendido...?, ¿y por qué lo seguimos...?, ¿será porque... sí?
Es verdad todo lo que dices.
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