miércoles, 2 de noviembre de 2011

CRUCE DE MIRADAS

 
La mirada siempre es el reflejo del interior que pugna por salir; es también el guiño de una nebulosa subconsciente aderezada con furtivos pensamientos conformados en anónimos atisbos de la realidad… siempre subjetiva.

Aunque se ignore en ocasiones que transmite desinterés por cómo se mira la vida, la fatiga no está en los ojos que miran, está en lo que ven, una realidad que se hizo de ilusiones, a medida en las más de las veces, pero posiblemente de materiales poco consistentes.

Hoy, las miradas parecen ser resucitadas de la vida, y en muchas ocasiones dirigiéndose al reino de la nada. Son sombras que retratan instantes dormidos del que se resisten a regresar por no entrar en territorio desconocido.
De nada sirve mutilar recuerdos si nuestro tiempo es concreto, si lo que sirvió en un soplo nos hizo tener un momento feliz. Tal vez por ello, dijo una vez el sabio:

Lo que queda
-tan poco ya-
sería suficiente
si durase.


Y es allí en donde mis miradas alternativas se entremezclan con otras, se dejan llevar por la menudencia de un gesto pupilar que le transmite esa fuerza de la que carece. Y recuerdan de nuevo lo que le dijo aquel amnésico valiente tras leer los versos del poeta:

Lo había perdido todo:
amor, familia, bienes, esperanzas.
Y se decía casi sin tristeza:
¿no es hermoso, por fin, vivir sin miedo…?



Y es que solamente del CRUCE DE MIRADAS podrá extraer el humano la luz, esa luz de este noviembre, tan discreta que es casi solo transparencia, que no ofende, que proporciona ánimo para reanudar el camino.
Las miradas…, nuestras miradas, deben cruzarse para que finalmente franqueen desconsuelos y la sombra de la luna certifique la defunción de los cualesquiera nefastos días pasados.

1 comentario:

  1. Me contaron quién pintó este cuadro... y no me extrañó. Ví una exposición donde todas las obras encajan en lo escrito. Si vés algún día al artista le das mi enhorabuena. Merecen ser llevados.

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