Gilles Clément dijo que viajar nutre a un jardinero más que un sabio tratado de jardinería. Posiblemente todos los que acuden a Mogador han leído a Clément y no necesariamente son jardineros, aunque sí hayan leído Los jardines secretos de Mogador, de ARS, y se han doctorado en Sonambulismo tras haber conocido al ciudad del deseo, la de los nueve vientos que anuncian la salida del sol.
Hay un párrafo del libro (hablando del jardín caníbal) que siempre me ha obligado a volver a él, releerlo e imaginar escucharlo de labios del autor. Dice:
Sabes que quiero ser como esos murciélagos y comer tus frutas. Y si es necesario voy a pelear por ellas. Sabes que quiero ser esas ramas estranguladoras que te rodeen con hambre y suavemente de devoren. Pero también quiero que tú seas ellas sobre mi tronco. Sabes que mis deseos de tí me estrangulan, me convierten en escalera por la que subo hacia tí plenamente.
Os recomiendo leer el libro. A poder ser, de noche, con solamente una luz acariciando la lectura y sin ningún aditamento sonoro que pueda distraeros. Si además es en un mes cálido, por ejemplo, agosto, y cerca del mar... será perfecto. Si en tierra adentro, es recomendable colocar un vaso con agua, a poder ser con un ramillete de menta fresca dentro.
Y a disfrutar...