"Tu voz hace sentirme azafranado" cuenta ARS en Nueve veces el asombro, que le dijo el amante a su amada, cuando comenzaron a sentirse teñidos del deseo ardiente del otro. Y es que el azafrán (zaffaraán) es palabra para acariciar. Su solo sonido al nombrase provoca deseo. Se dice que era y es el nombre de un tesoro, y también un veneno si se toma con exceso...
Los amantes se miran con los dedos pero se dibujan y se tocan con la boca. Los amantes se escuchan incluso a través de sus silencios. Por ello cuando verbalizan palabras rebuscadas en su disco duro cerebral eligen las que mejor tonalidad expresan y contagian y aturden a su amado/amada. Todo está predestinado aunque no lo admita la espontaneidad del momento, el aire que de pronto se aviva, la luz que se atenúa.
Tus escritos me llevan hacia muy adentro, me liberan de la rutina. Te lo agradezco.
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