En uno de esos viajes a los que era tan aficionado se encontró con un desconocido que le dijo: "Sigas el camino que sigas en la vida, y aún más en la espiritual, la que más tiempo permanece en el cuerpo físico, la primera tarea que has de intentar es la de aquietar la mente. Cuando esté acallada y silenciosa, por mucho que te rodees de ruidos y gritos, cuando la luz descienda de lo alto, estarás plenamente consciente de ello. Será entones cuando la meditación entrará en tí y sentirás la purificación. Otros lo llamarán de distinta manera, pero yo prefiero llamarlo así porque para mí, el cuerpo debe ser la pureza total. El cómo lo ocupemos después para proporcionarle placer ya dependerá de tí, pero recuerda, sin paz espiritual, sin silencio creador, nunca obtendrás el goce total...".
Y le ha hecho caso...casi siempre, reconociendo que el hedonismo es una religión para él, porque sin desear ni ser deseante, es muy difícil entender estos años que llaman vida y que son tan escasos... insistiendo siempre en no dañar a nadie sino todo lo contrario.
Aquella persona que tanto le enseñó en tan poco tiempo, nunca más le volvió a ver. Incluso llegó a pensar que fue un sueño, como aquellos que tenía cuando estando en Mogador se encontraba con su sirena de cabecera mientras la inundaba de aquellos besos lujuriosos que tanto le agradaban ser recibidos...
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