lunes, 6 de diciembre de 2010

SON SIN SABERLO


Cuenta Aziz que lo importarse es tenerse, que lo demás es secundario e irrelevante para una vida, para dos vidas. Añade la importancia de ser del otro y que las dos sonrisas duren tiempo.
Quien buscaba de donde venía fue en busca de sus orígenes y allí encontró a Abdel Kader, que sabía de ello. Él le habló de quienes llevaban, como él, la marca del deseo en la frente. Y de Jamal y Aziz, que pertenecían a un ejército inconsciente de enamorados, a un grupo sin grupo o a una banda sin banda de asaltantes del corazón que Aziz llamó Los Sonámbulos. Débiles de carne, férreos de la voluntad y la obsesión: pésima mezcla para llevar una vida tranquila.
Hoy caminan también por las calles de las ciudades buceando las miradas, saboteando el aire que respiran gentes ignorantes de saber cuál es su destino, sabedores solamente de que su transitar por el mundo requiere encontrar a quien está escrito hallarán tras la vuelta de una esquina aladrillada en cuyo suelo están las señales fisiológicamente posesivas de un perro deseoso de saberse poderoso. ¿Y qué señal utiliza el humano para hacerse conocer ante otro sonámbulo/sonámbula que suplica el encuentro de aquel deseo agonizante?. ¿Es su voz?, si está mudo, ¿es su tacto?, si se le doblegaron hace tiempo sus fuerzas, ¿es la mirada?, si hace siglos que le cuesta levantar sus ojos del suelo, ¿o es tal vez su corpóreo olor feromónico?, si transpira sin que la humedad embadurne su ropa... Hoy, al humano hay que convencerle que su mensaje está vivo, que Los Sonámbulos nunca se fueron de nosotros, que están dentro, aspirantes a ser, sin pensar que ya no son.

1 comentario:

  1. Me gusta tu blog. Hace tiempo que lo leo. He comprado los libros de ARS y me encantan. Me ayudan. Son mensajes "deseantes" todas las entradas que haces. Tú también haces el bien.
    Muchas gracias. Sigue ahí.

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