..."Dicen que la línea de la vida y el deseo crecen y avanzan aquí con más naturalidad en forma de espiral: esa línea interminable, lenta, indecisa, siempre comenzando de nuevo. Y no se piensa de ninguna manera que la vida sea esa cima escalable con la cual se le representa con frecuencia en otras ciudades y culturas. La cúspide única de poder y riqueza, el clímax, el éxito ascendente, la fama mayor, no gozan de ningún prestigio en Mogador. Todo lo contrario: de quien vive el espejismo de haber ascendido se dice que se cayó desde arriba".
(De: Nueve veces el asombro. Autor: Alberto Ruy Sánchez)
Me recuerda este pasaje de la obra de ARS a la teoría del caos, tan actual por el constante enfrentamiento entre defensores y detractores de su esencia.
Opino que una vida sabia y sana ha de pasar por ambas fases, la de la estar en contra de toda irregularidad y la de laisez faire ante cualquier contingencia porque por sí sola se regulará, o se creará de nuevo, totalmente distinta. Aún así, siempre poseerá átomos de la anterior, aromas a lo que pudo haber sido y no fue, deseos insatisfechos que insisten e insisten... para reflejarse ante nuestra mirada obtusa y miope.
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