domingo, 19 de junio de 2022

PENSAMIENTOS ZOZOBRANTES


Aquella noche la presentía diferente. Las imágenes gemían y el viento las despojaba en abrasados círculos. ¿Qué sueños, qué senderos de nieve se habían recorrido hasta llegar al Sonámbulo?, cómo había ocurrido el encuentro?. Se había vertido sobre él ese éxtasis del que habla Cicerón y que no es más que un milagro gratuito y esporádico al que pocos descubren y menos aún conocen.
Adivinaba el canto de los gallos nocturnos, los caminos que se ensanchan para quienes se van: un camino maldito para quien persevera. Dentro del esplendor de toda transparencia la tierra fosforecía. La tierra de ese estío persistente, del viento detenido que convoca al vacío, y la zozobra maldita le convocaba a pasados desfiles de sombras que encendieron sus entrañas en apasionados sentimientos acampados sobre el agua marina. 
Uno de los muchos sabios con los que se encontró por el camino le dijo que la sola posibilidad de no despertar hace del dormir una despedida llena de experiencias, de dolores y sinsabores a los que hay que dejar pasar para mudar la conciencia, trascenderse a sí mismo, como definen al individuo que siente el orgasmo, que se esfuma, se evapora, se le derrite el cuerpo, se suspende el mundo...

jueves, 16 de junio de 2022

ETERNIDAD DEL AMOR DESEANTE


Existen Scherazades de nombres muy diversos que disfrazan noches de pasión y deseo con la codicia y credibilidad propia de un peregrino en busca de paraísos inexistentes. Y son esas convincentes memorias las que les posibilitan seguir existiendo, siendo sultanas en tierra de nadie, o pasar a convertirse en una triste copia de Nina Simone cantando Wild is the windY es que siempre hay momentos que valen vidas. 

La vida de los amadosamantes sonámbulos tienen ese inconfundible aroma a los poemas lorquianos que si no se leen con el rumor de una guitarra de fondo no se entienden, aunque posean ese sinsentir que acompaña a los sueños imposibles y eternamente atormentados; de igual manera que el amor nunca ha de entenderse, ha de sentirse, hacerse, ser una necesidad o no ser nada, ser recuerdo o ser reenajenado sin posible recuperación, porque el amor, por escaso que sea, es un pájaro, no hay que cortarle las alas para que no se vaya, no se encierre por temor, ser suspicaz de y con él. Al amor hay que ir, sin esperar,  sin billete de vuelta, aunque sea en low cost, con el cuerpo concentrado en las manos y contando con los dedos los momentos que se ha sido feliz con él. 
Dicen que la juventud es la edad predilecta para el amor, para hacerlo... Es posible aunque no lo crea en lo más mínimo. Discrepo desde lo más profundo porque el amor no tiene edad para ser deseado, su eternidad mientras dura lo explica perfectamente, aunque la eternidad dure siempre más que cualquier otro sentimiento y que la eternidad sea de cristal...como un sueño.

jueves, 2 de junio de 2022

INDEFENSO


Cada mañana estrenamos algunos miedos nuevos, me dijo. Y yo le respondí que los fantasmas defraudan al aparecerse.

De la misma manera  que  hay espejos que son expertos en apariciones, en verdades ocultadas por palabras que disgustan escuchar, hay miradas que reflejan el silencio ambiguo de evitar creer en su inexistencia. Sus palabras eran siempre arrojadas; en cierta forma como esas olas que baten las rocas de aquella ciudad de los deseos destruyendo playas ausentes para evitar temerarios peligros en forma de diálogos y llevarnos a calas escondidas donde refugiarse de miradas lascivas. 

Buscar diálogos sin excesivas palabras es la esencia de todo integrante de la casta, revitalizar espacios descarnados que caractericen el desaliento vital. Por ello tal vez, nos gusta observar y hablar mediante signos y silencios. Siempre, de una u otra forma, somos buscadores de ese agua literaria que facilite el crecimiento de esa plantita que pugna por hacerse mayor. Masticamos aire, aprendemos a querer, que no es más fácil que aprender a sufrir. Somos adoradores de esa desnudez mental y física como una luz intermitente que avisa de un cierto peligro. Recuerda el Sonámbulo a su resignadamente triste Kavafis al decir: " Ítaca te brindó tan hermoso viaje...Sin ella, sin él,  no habrías emprendido el camino". Y es que cualquier memoria nunca debe ser recuerdo sino realidad atemporal, frágil para unos, marmórea para otros.