domingo, 26 de abril de 2020

NO SIEMPRE LA VERDAD TIENE REPORTEROS A MANO


¿A qué teme el insomne si en realidad la noche es su parte interna...la que imagina cuando se mueve, cuando descubre sus pensamientos más profundos...?

Recuerda a aquella ciudad que conoció por casualidad, laberínticamente entendiendo ese lento anochecer que tienen las ciudades que baña el Atlántico y que la penumbrosa luz cambiando de color la hace brillante e impone ese lamento de dejarse querer como si fuera una Diana Krall cantando You call it madness. En ese cruce de calles estaba una de las 369 fuentes de la ciudad a donde acudían mujeres y hombres en busca de baraka, esa oleada de buena suerte, un momento indicado por la alineación de los astros que le crean buen fortunio a quien se arriesga a rogar una petición ardua de conseguir.
La ciudad, la de los mil secretos, me instruyó sobre el gesto enigmático de la luna y la baraka.Conocí también a gente que me enseñó que en la lengua árabe hay hasta 99 palabras distintas de designar cada una de las formas sutiles de decir amor, así como existen múltiples maneras diversas para nombrar la luna  en sus fases.  ¿Será por eso que el Sonámbulo busca en la sombra de la noche sus pensamientos más armoniosos... o que cuando oye palpitar su corazón se asusta de cómo respiran sus latidos que son como las olas batientes de aquel océano que sigue enseñándole y al que desea regresar con ansia...?. 

sábado, 25 de abril de 2020

NOTAS A PIE DE PÁGINA


Existen comentarios accidentados, palabras que nunca debieran haberse deslizado o escupido de unos labios cuya modulación del aire interior no pasó antes por el cerebro; como también hay pensamientos que no han sucumbido a ser traducidos a frases, al encanto de saber decirse en ese ambiente propicio para encontrar la voz que le caracterice, esa puerta abierta a descubrimientos que no cesan y sucumbir al asombro de escuchar la música de la respiración de la amanteamada. 
Si se cayera en el lirismo más barroco debería decirse que su río de agua y sus múltiples ríos de fuego alimentan sus corrientes evidentes y secretamente ambiguas, esas que le proyectan sucumbir entre su anatomía, siempre templada, siempre aceitosamente húmeda, seductora a nuevos descubrimientos, generosa en su aroma y presta a ser poseída antes de que amanezca la luz y devore todas las imágenes gozadas que en esos momentos la habitan.
En ocasiones me pregunté si había invocado al Gran Cronopio y apareciese sobre nuestros pasos con extraña fidelidad a los requerimientos caprichosos. De lo que sí estoy seguro es que no era una complicidad ausente la que nos llevaba a buscar orillas de siameses pensamientos jazzísticos, con un Charlie Parker macerando aquellas ausencias pasadas, convocando migrantes deseos para seguir viviendo en nuestro sueño, en nuestros cruces sonámbulos, como testigo sonriente de aquella relación extravagantemente hermosa.

martes, 21 de abril de 2020

UBUD




Bali posee una dimensión espiritual algo distinta a otros países de Oriente. La vida cotidiana mima la naturaleza por medio de ofrendas en forma de flores y oraciones respetuosas a quien le proporciona la bendición de un solo día más en ese paraíso terrenal. Desde que nace el sol no deja de hallarse en calles, hogares o arrozales un pequeño altar preludio de un templo al que dirigirse. 
Sin embargo, a lo que se hace poca alusión es a los bosques de bambús centenarios que rodean las ciudades. Es el ejemplo de Ubud, típico por sus arrozales infinitos y sus silencios tan conmovedores sobre todo al caer el sol... El bambú que conocemos los occidentales no es el que se mece en esas tierras, dando cobijo a quienes desean perderse buscando sensaciones envolventes, intensas y sutiles para la entrada en bosques vivientes de latidos profundos. Altos y espigados se mecen al albur de la brisa que sopla de un Índico que en ocasiones se tsumamiza llevándose con él a seres queridos. Sin embargo, dejando de lado esas sittuaciones muy esporádicas, la isla es un reto para la sensualidad.
El deseo se funde bien en esas latitudes en donde el teatro de sombras desafía a la ley de la gravedad aun cuando es de noche profunda, deseando ascender y tocar nubes ensalivadas de oxitocina y dopamina.  
Oriente atrae por ese misterio de sus costumbres siempre relacionadas con la vida y los sentimientos, en donde se explica de forma que cualquiera pueda entenderlo a su criterio, pero siempre con estremecimientos que puedan facultar claroscuros, ilusiones y...deseos. 
Allí recordé a aquel Robert Graves que anotó en uno de su  cuadernos: " No dormí en toda la noche, por puro placer, sin cintar ovejas ni escuchar campanas, dando la bienvenida a la confabulación del amanecer". Descubrir el por qué perdemos tiempo en dormir estando en estas en tierras deseantes es un milagro de la naturaleza. Dormir es morir dijo un sabio, y en cierta forma es afirmativo cuando se pisan estas latitudes de actitudes táctiles, miradas iluminadas, mágicos movimientos prefaciantes de ese realismo mágico y no del invento torpe  de un epígono surrealista.

jueves, 16 de abril de 2020

CATHERINE M.


Uno de los libros más revolucionarios en materia sexual que se ha escrito nunca es La vida sexual de Catherine  M. en donde su autora muestra su propia experiencia vital en el mundo de lo sexual, ¿o debería decir "genital"?, sus sensaciones y prácticas, así como las características que se manifiestan en una mujer cuando la atracción y el contacto se muestran partícipes con amadosamantes o no, esa "petite mort" con la que las francesas califican el orgasmo femenino. 
Son escasos los textos al respecto. Posiblemente fuera D.H. Lawrence , autor de El amante de Lady Chatterley haya sido quien  describiera el placer femenino de manera más extraordinaria, aún siendo hombre. Anaïs Nin comentó en una ocasión que lo describía tan bien como si él fuera mujer. Y es que Lawrence pasó muchas horas con mujeres, noches enteras  de conversación al calor de la chimenea. Las observaba, las hacía hablar, las escuchaba tras hacer el amor con ellas...y así logró ser doctor en el sentir femenino de su actividad sexual y amatoria ocasional. 
De Catherine M. muchos autores de inmensa valía literaria, como Vargas Llosa, han calificado sus experiencias narrativas como orgasmos escasamente placenteros y más relacionados como mecánicos, resignados y hasta tristes... Posiblemente sea cierta esta apreciación dada la inmensa cantidad de amantes que pasan por ella en el libro autobiográfico y que dejan de lado esa química tan precisa cuando algo que se desea es obligatorio que extienda en el tiempo. Me cuesta a mí también creer que pudiera llegar a descubrir novedades en quien estuviera con ella más tiempo del preciso para conseguir esa "petite mort" de la que se habló al principio. Sin embargo, la revolución de su libro fue que introdujo a la mujer en el mundo de la satisfacción sexual, algo que no gustaba ni llegar a pensar que se necesitara en líneas generales por cualquier humano que no fuera el hombre, aunque, insisto, dejara de lado ese erotismo tan necesario que es la banda sonora que siempre debe acompañar una extraordinaria obra de arte.

lunes, 13 de abril de 2020

EAELTDC



Y recordó aquella novela que tanto interés le causó cuando la leyó de joven, una historia de amor entre un hombre y una mujer en el escenario de un pueblecito portuorio del Caribe a lo largo de más de sesenta años y que aunque podría parecer un melodrama de amantes contrariados que al final vencen por la gracia del tiempo y la fuerza de sus propios sentimientos,  suceden de forma tan bella dichos por el narrador, que se bate entre el mito y la leyenda. 
Él refiere en uno de sus capítulos cómo le fue enseñando los secretos de la prosa amatoria enclavada en la poética del uso, de cómo ella debería saber emplear su cuerpo para su goce y el de su marido, sin que fuera pecaminoso ni sucio sino unificador y conversacional ("...ella sintió el soplo ardiente de un animal en carne viva, sin forma corporal, pero ansioso y enarbolado. Al contrario de lo que él imaginó, incluso al contrario de lo que ella misma hubiera imaginado, no retiró la mano, ni la dejó inerte donde él la puso, sino que se encomendó en cuerpo y alma a la Santísima Virgen, apretó los dientes por miedo de reírse de su propia locura y empezó a identificar con el tacto al enemigo encabritado, conociendo su tamaño, la fuerza de nsu vástago, la extensión de sus alas, asustada de su determinación pero compadecida de su soledad haciéndolo suyo con una curiosidad minuciosa que alguien menos experto que su esposo hubiera confundido por caricias. Él apeló a sus últimas fuerzas para resistir el vértigo del escrutinio mortal, hasta que ella lo soltó con una gracia infantil, como si lo hubiera tirado a la basura"). 
En estos tiempos de anarquía es cuando más salen a flote escenas sentidas y recordadas sin tenerlas predestinadas a ello, del mismo modo que no todo lo que sucede temprano ocurre pronto.