¿Por qué son los ojos, es la mirada, de la desconocida lo que más habla sin emitir sonido alguno, y en cambio sostiene el eco de su diálogo hasta que deja de ser usada...?. Sus señales, sus códigos, desordenan cualquier palabra que pueda ser utlizada.
Hay lugares en los que cualquier suficiencia se torna en incapacidad ante un atisbo visual de unos ojos azabaches que como serpiente en un laberinto mental se introduce hasta descubrir su interior y dejar una duda, o una identidad, ¡qué más da!.
Me cuentan que desde pequeñitas observan y reciben las enseñanzas de las mujeres de su alrededor que dicen sin decir cómo preparar ese veneno del que es tan complicado hallar el antídoto, que enamora y condiciona la vida del amadoamante hasta que conduce su sed al único manantial en el que beberá desde entonces.
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