Helena soñó que hacíamos fila en un aeropuerto igual a todos los aeropuertos,
y estábamos obligados a pasar nuestras almohadas
a través de una máquina.
En cada almohada, la almohada de anoche, la máquina de los sueños.
Era una máquina detectora de sueños peligrosos para el orden público.
(Los sueños de Helena. El imperio del miedo. Eduardo Galeano. Edit. Los libros del zorro rojo)
Me gustó nada más verlo en el escaparate.
Sentí que me llamaba aquella portada confeccionada por Isidro. Más tarde, cuando lo tuve entre las manos, lo toqué y percibí el respeto a la vez que dulzura con que se acurrucaba entre mi calor digital, supe que debía ser parte de mí, debía leerlo. Adiviné súbitamente que Eduardo Galeano lo había escrito para todos nosotros. Son sueños a los que Helena acude en carro de caballos, al país de los sueños donde sueñan los sueños...
Me pregunto cómo podrán recrear la sensación indescriptible de coger un libro con las manos los hacedores de e-books (ibucs)...