domingo, 25 de abril de 2010

SONÁMBULOS VEGETALES SON.


El desierto profundiza al desierto le dijo un día Scott a ARS, cuando le legó el compromiso de jardín de cactus para Mogador desde las afueras de San Miguel de Allende.

Como si yo pudiera transplantarme con todas mis espinas y arena, y con toda naturalidad echar raices en tu cuerpo de mujer sahariana.

Esos cactus viven en Mogador como podían seguir viviendo en el desierto de Sonora. Esos cactus hablan de siameses del destino, mestizos de sentimientos que un día sospecharon una posibilidad y se aferraron a ella.
Dicen que los cactus resisten cualquier clima y no es verdad. Adquieren resistencias frente a lo que nunca desearon y prefieren la muerte antes que dejarse colonizar por lo que solamente les puede proporcionar tristeza y desánimo cierto. Son también, lo más posible, sonámbulos vegetales.

sábado, 17 de abril de 2010

FEROMONAS MOGADORIANAS.


Dice ARS que Cartagena y Mogador son dos ciudades gemelas. Ambas traspiran noche y sexo. Posiblemente porque en las dos se acude en busca de alguien, con la esperanza a cuestas, con el imán del deseo en plena actividad sensual, ciertamente incierto en la creencia de que cualquier pensamiento tiene siempre un final... y no. El ser humano posee ese encantamiento infantil que le entremezcla su vida adulta, narcisista y contemplativa pero predictiva como cuando relata en En los labios del agua (Alfaguara.2005), su encuentro con Leila y la melodía de seducción que le acompañó hasta las alturas o como se reconocen los de la casta en donde las nubes habitan. Leila le dice que "los sonámbulos somos cuerpos poseídos por los dedos hambrientos de miles de otras personas que murieron antes de realizar sus sueños. Somos embajadores de sueños, enredaderas de sueño, muchas veces con espinas. Nudos de sueños. Por eso estamos aquí, cumpliendo deseos de personas que conocimos pero que ahora son deseos nuestros".
Los encuentros con sonámbulos siempre son enriquecedores de vida, la amplían y alimentan para ser más intensa, tal vez también más extensa...
Y sí, puede que sean dos ciudades gemelas Cartagena y Mogador, posiblemente porque les baña el agua y les avisa con ternura unas veces, con violencia otras, que la vida se ha de deshidratar para ser de nuevo hidratada para lamerse su sal, que estimula los demás sentidos, que los acucia hasta hacerlos caer en el campo de batalla del deseo. Leila supo que el destino estaba escrito con letras feromónicas.

domingo, 4 de abril de 2010

DESEOS ESPIRALES


Dicen en Mogador que la línea de la vida y el deseo crecen y avanzan con más naturalidad en forma de espiral- según relata ARS en Nueve veces el asombro. Alfaguara. 2005- : esa línea interminable, lenta, indecisa, siempre comenzando de nuevo. Y no se piensa de ninguna manera que la vida sea esa cima escalable con la cual se representa con frecuencia en otras ciudades y culturas. La cúspide única de poder y riqueza, el clímax, el éxito ascendente, la fama mayor, no gozan de ningún prestigio en Mogador. Todo lo contrario: de quien vive el espejismo de haber ascendido se dice que "se cayó hacia arriba".
Todo parece estar siempre comenzando, allí, en Mogador... por eso en muchas ocasiones lo comparamos con nuestra realidad y nos llama la atención el modo de comportarse de personas adultas, aportando formas que son más de adolescentes. Como todos. Y la imaginación se vuelve al mundo de los deseos mogadorianos, al mundo del sonambulismo. Y me pregunto en qué momento somos y no somos adolescentes llevados por nuestros impulsos más primarios, haciendo oidos sordos a nuestro córtex prefrontal, en busca de ese instante de goce o de fracaso que la conducta conlleva... en qué apartados de nuestra vida se anulan esas alarmas...
Y siempre conducen a momentos inolvidablemente eternos que nunca serán amnésicos y sí alimentados con realidades o ficciones que en nada tengan que ver con lo que pragmáticamente fue... o sí, ¡quién sabe!.
¿Quién no ha tenido la tentación, tras esas vivencias, de cerrar los ojos a más vida...?. Y no. Dimos amnistías totales a las culpas pasadas, nuestras y de los otros. Nos dejamos de lamentos y resentimientos que no sirven sino para ennegrecer nuestro camino por recorrer. Allí, en Mogador, hablamos de cicatrices, crecimientos y comienzos... espirales.

jueves, 1 de abril de 2010

UNICIDAD SONÁMBULA: comprenderla es poseerla.


Las mismas calles de siempre se vuelven otras cuando acabo de besarte, de estar contigo en el hammam: que es siempre como estar compartiendo un sueño. Es como si todas las calles, largas o cortas, rectas o curvas, me llevaran hacia muy adentro de tí- le dice Aziz a Hawa, según cuenta ARS en La huella del grito (Ediciones del Ermitaño. 2002).
El erotismo que despide la amada al amado y viceversa, revierte siempre en novedad. Nunca es todo igual, como manifestó Heráclito, ni los sentimientos, que son convulsos unas veces, plácidos otras e individuales siempre. Sentir que cada momento sea el momento es oficio de diferente esfuerzo y tiempo en cada uno, que la estabilidad psicológica, como algunos definen la felicidad, no está en igual proporción en todos los humanos.
Aziz siente su interior cuando ve a Hawa como con la venida de una primavera agradual, irreflexiva e íntima, la que solamente se siente un instante en la vida. Los demás instantes serán también... únicos e irrepetibles.