FILOSOFEANDO CON LA SEDUCCIÓN

La filosofía nació con Sócrates y Platón, aunque este último siempre afirmó que la seducción era engaño, manipulación y falsedad. Sin embargo, la realidad es que Platón fue alumno de Sócrates y éste le sedujo por completo (intelectualmente hablando) y Platón se convirtió en un gran filósofo, de tal modo que gracias a la seducción nació la filosofía.

La seducción no es una manipulación sino la condición del deseo. Sin seducción somos seres inertes. Siempre hemos de ser atraídos por algo o alguien. 

En pleno siglo XXI, la seducción está "mal vista" en algunos ambientes en los que se confunden los términos donde se monopoliza excesivamente el límite negativo que cualquier término lleva consigo, fundamentalmente cuando la relación es entre hombre y mujer. No debiera ser tomado como machismo, denigrante incluso para el hombre, sino un acercamiento hacia lo que atrae sin mesura pero con contención por parte del seducido, que hace limitante a lo que otro u otros quieren asir, acariciar, besar, lamer o simplemente adorar visualmente. 

Dicen que dijo Lao Tse: Todo lo difícil debe intentarse mientras es fácil...

A MODO DE TRATADO ITINERANTE

Me contó que usaba la modestia como coraza para protegerse, que fingía desconocer lo que mejor sabía. Entre una vanidad que cualquiera puede ejercitar y usar, y una falsa modestia, elige la segunda, me aconsejó. Pongamos que es como el azúcar... La sal es lo contrario: hacer creer que sabe hasta lo que desconoce en su totalidad. Su forma de protegerse es la arrogancia.

Conoce a fondo la sal y el azúcar. Es la mejor forma de saber cómo y cuándo utilizarlas. La una es muy concreta, mientras que la segunda es en exceso abstracta. Una manera de saber cómo no dañar y dejar un buen sabor es comenzar con la sal y finalizar con el azúcar. 

Lo salado siempre deja satisfecho a quien lo utiliza con mesura, abre los sentidos, prepara el terreno, mientras que el azúcar ayuda a creer en la fantasía, a indemnizar a quien se ha esforzado en llega hasta lo más deseado, y aprovechar esa falsa debilidad para llegar a las más profundas simas del placer, a la desmesura, a lo que más se implora en acceder...sin duda. El dulce, en cambio, hace olvidar lo perentorio, por tanto, incluso lúgubre y nos acerca y reconcilia con la parte divina de la vida.

ENSEÑANZAS

 

En uno de esos viajes a los que era tan aficionado se encontró con un desconocido que le dijo: "Sigas el camino que sigas en la vida, y aún más en la espiritual, la que más tiempo permanece en el cuerpo físico, la primera tarea que has de intentar es la de aquietar la mente. Cuando esté acallada y silenciosa, por mucho que te rodees de ruidos y gritos, cuando la luz descienda de lo alto, estarás plenamente consciente de ello. Será entones cuando la meditación entrará en tí y sentirás la purificación. Otros lo llamarán de distinta manera, pero yo prefiero llamarlo así porque para mí, el cuerpo debe ser la pureza total. El cómo lo ocupemos después para proporcionarle placer ya dependerá de tí, pero recuerda, sin paz espiritual, sin silencio creador, nunca obtendrás el goce total...".

Y le ha hecho caso...casi siempre, reconociendo que el hedonismo es una religión para él, porque sin desear ni ser deseante, es muy difícil entender estos años que llaman vida y que son tan escasos... insistiendo siempre en no dañar a nadie sino todo lo contrario.

Aquella persona que tanto le enseñó en tan poco tiempo, nunca más le volvió a ver. Incluso llegó a pensar que fue un sueño, como aquellos que tenía cuando estando en Mogador se encontraba con su sirena de cabecera mientras la inundaba de aquellos besos lujuriosos que tanto le agradaban ser recibidos...