domingo, 17 de diciembre de 2017

EL SUAVE AROMA DEL JAZMÍN



Leí en Los nombres del aire, de ARS, que de muchas bocas se forma una leyenda y cada quien la completa a medida de su lengua y la conserva o la olvida a la medida de su apetito. 
Cierto es que el deseo forma y deforma el recuerdo de la presencia ausente, y que rellenar las reiteradas deserciones con imaginarios es peligroso. Se incita a que esos sueños a medias se muevan y conmuevan la tranquilidad del pensamiento, que la desnudez se contamine o que las puertas de salida se multipliquen como reservas ajardinadas de mausoleos vivientes. El deseo sangra entusiasmos desmedidos, afanes de imaginaciones descuidadas como jardines a los que su dueño abandona.Sin embargo, educar la disciplina de esas citas mentales con su amadoamante refuerzan la solidez de las larvas de la melancolía, esenciales para demostrar que se está viviente, aunque las lunas pasen a diario por su cabeza, hiriendo con nocturnidad y alevosía sus recuerdos...

3 comentarios:

  1. La realidad es que lo único que existe es lo que queda detrás de cada ser humano . El futuro es una entelequia . Por eso son tan importantes esos momentos inesperados y fugaces en los que el tiempo se detiene ante la presencia apabullante de la vida .

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    1. El futuro lo hacemos, la mayoría de las ocasiones, nosotros. Somos almas siamesas de nuestros pensamientos hechos obra. No hay forma de ocultar lo que no es visible. ¿Futuro...?. Es siempre un presente inquietante en donde pueden festejarse las alegrías o llorar las desgracias. Todo depende de los mismos: nosotros.
      Y sí, aprovecha el instante, el momento, merece la pena. No hay constancia de que exista una vida como la que estás acostumbrad@ a vivir.

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