Diciembre, y más en concreto su última semana, en Europa es un mes excesivamente melancólico. Desconozco todavía si lo es también en otras partes del mundo en donde pueda ser vivido, no de vacaciones o de paso. Y es que casi siempre se asocia a ausencias, y más en concreto a la del amor, a la pérdida del amadoamante y al espacio aún no ocupado por otro amanteamado. En otros momentos es interpretado falsamente como ese odio-amor que envuelve la relación que impide llegar a aceptar que cuando se dice yo se hace con la ilusión de llegar a serlo.
El melancólico, he llegado a la conclusión, de que se tiene poca estima, de que se respeta tan poco que solo busca dañarse. Y de nada sirve esa falsa terapia de ir contando las desdichas a todo viviente como si tuiteando se olvidara que la mitad de la vida se va de esa estúpida manera... La melancolía sirve para muy poco cuando se desconoce el por qué y el cómo.
Al amor no se le desea por desear, como si fueran unos zapatos de Manolo Blahnik o un bolso de Chanel..., el amor se hace, se construye y se desvive como si fuera la vida en ello... porque realmente en ella va su dicha y su desdicha. Al amadoamante hay que proponerle pensar que puede no ser eterno lo que en un principio fue. Y que el amor es un enjendro absolutista: lo toma todo o lo hace perder todo.
Allí lo dejo y que el melancólico advierta que cuando se dice que vendrán tiempos mejores, no suele decirlo el hombre del tiempo...
Dicen que los mejores comienzos vienen después de los peores finales pero posiblemente sea solo eso , un dicho .
ResponderEliminarOjalá tuviéramos Alzheimer en el corazón .
Al Anónimo: Estoy de acuerdo en tu primera apreciación pero no en la segunda. Es siempre obligatorio que las relaciones dejen poso. Como ese gran vino que se ha bebido hasta que ya no queda ni una gota. Los corazones, aunque algunos resulten algo defectuosos, ya por el uso, ya por salir así de fábrica (Sin ánimo de pleitear: ¿harán los chinos corazones...?), son siempre los que más hay que cuidar. Sin olvidar que la mente debe guiarles, haciéndoles elegir siempre lo que menos daño vaya a producirle.
ResponderEliminarA la experiencia le dice más el pasado que el futuro. Siempre.
Sí, el amor se hace y cuanto más se hace más se desea tenerlo cerca, mirando con los mismos ojos, tocando con las mismas manos, besando con los mismos labios. En alguno de tus escritos haces un exhorto de los sentidos y es que los sentidos deben ser siameses con ese amadoamante del que hablas. Y repito, el amor se hace.
ResponderEliminar